CAPÍTULO IV

743 76 4
                                    

Camus se había levantado con los ánimos en el cielo, era un día nublado y tenía cosas que hacer.
El sol de Grecia lo agotaba demasiado y todavía no se acostumbraba, pues en Francia hace menos calor.

Se dió una baño, se cambió y cepillo ese cabello aquamarina, por último amarro su cabello con un listón negro y salió de ahí.

Saludo a su padre que estaba en la mesa desayunando, este lo invito a sentarse y con gusto lo hizo.
En la mesa estaban Kardia y Degel, De Milo pues..... él seguía dormido como todos los sábados, casi el único día que descansaba como se debe.
Se sentó y tomo un vaso de jugo de naranja, una de sus preferidas.

—¿Dormiste bien Camus?

—claro, la habitación es muy cómoda señor Kardia

—deja las formalidades, no soy tan viejo

—esta bien, Kardia

Después de algunos minutos bajo Milo abrazando un peluche gigante de oso, se había peinado y vestido formalmente, pero su cara se veía cansada y ..sin vida, literalmente.

—¿Que ocurrió hijo? ¿No dormiste bien?

—no es eso papá, ayer llegué tarde y había mucho trabajo

—ya veo....Milo, hoy saldre con Degel, tal vez lleguemos en la noche, por favor no hagas locuras

—no prometo nada

Kardia y Degel salieron de ahí dejando a sus hijos solos....en aquella grande mansión.
Milo no tenía nada que hacer, saldría con Aioria pero él seguro estaría haciendo gatitos con Saga, entonces no, Afrodita pues....estaría ocupado, Mu estaria cuidando a Kiki y....solo quedaba, su odioso hermano Camus.

Camino hacia una grande puerta de madera pulida, se escuchaba como alguien trabaja en aquella habitación, Milo abrió lentamente la puerta, viendo a un aquamarina raspando el Hielo.

La habitación se sentía fría, Camus tenía sus herramientas y ese enorme bloque de hielo, todavía no tenía forma, pero parecía un barco.

Narra Milo

Lo ví raspando aquel hielo frío, no lo quise molestar, sé que lo odio pero no me metería con su trabajo, su cabello se movia como si tuviera vida propia, se mantenía firme y sin ninguna punta levantada.
Esa ropa que portaba lo hacía ver tan trabajador y tan sex......¿Mhm? ¿Que demonios estoy pensando? Es mi hermanastro, se supone que lo odio...si, se ve guapo y bello a pesar de ser un hombre, pero..¿Gustarme? Jajaja, juntarme con Aioria me está afectando.

Me lo quedé viendo por varias segundos, hasta que...

—¿No tienes otra cosa mejor que hacer que estar espiando a la gente?—dijo Camus

—Nosa sabía que me estabas observando—le respondió Milo a su defensa

—Creeme que de tanto odio que te tengo, sé en qué momento me puedo encontrar Contigo

—la sensación es mutua

—¿Hoy no irás a la empresa?

—mi día de descanso

—pense que toda la semana eran tus días de descanso

—Que mal concepto tienes de mi Aquarium

—Mejor déjame trabajar tranquilamente

—A su servicio, señor Camus—dijo sarcástico

Narrador omnisciente

Milo salió de ahí y se dirigió a el jardín, se recostó en el césped y se quedó viendo el cielo, encontrándole formas a las nubes esponjosas del cielo.

🍷MI FRÍA BEBIDA🍷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora