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El bote aceleró, Soyeon suspiró profundamente cuando vio algunos rostros familiares entre la horda, algunas personas que había visto todos los días, y no pudo evitar colapsar, Yuqi y Minnie la atraparon antes de que cayera al suelo.
─Vamos, cariño. Está bien tener miedo, todas tenemos miedo aquí. Puedes dejarlo salir. ─ Dijo Yuqi, las lágrimas de Soyeon cayeron mientras enterraba su rostro en su cuello, sus emociones reprimidas estallaron, su llanto ahogado por los ruidos del bote.
─Nos complace darle la bienvenida a Paradise─. Dijo un hombre viniendo del lado del conductor, Jaechan se levantó con los ojos muy abiertos, sorprendido por el hombre, quien también lo miró fijamente.
─¿Jin?─ Jaechan pronunció, el hombre rompiendo su fachada profesional cuando se apresuró y lo abrazó, sus lágrimas cayeron de nuevo.
─Tú eres... Tú eres el único, ¿no?─ dijo débilmente, Jaechan asintió, abrazándolo, las demás solo miraban la escena mientras el bote se alejaba de la orilla.
─Hanjin… Fue mordido porque me salvó de ser mordido por una de esas cosas. Sungwoo… Se sacrificó para salvarnos y para que llegáramos aquí
el hombre llamado Jin suspiró, alborotando su cabello y asintió asimilando la información.
─Todas ustedes están a salvo. Eso es... Eso es lo que importa. Haremos un funeral por los que cayeron, y seguiremos viviendo, y no dejaremos que su muerte sea en vano. Descansa, los líderes quieren verte inmediatamente después de que llegues allí. Después del viaje en bote, habrá un viaje de veinte minutos desde el puerto hasta la base principal, por lo que tendrán mucho tiempo para descansar─. Dijo Jin, mientras desaparecía por el lado del conductor, las demás miraron hacia el puerto, desapareciendo lentamente en el horizonte.
─¿Viaje de veinte minutos…? Eso se siente como una prisión aislada para mí, Soyeon─. Dijo Miyeon, la Jeon asintió mientras se limpiaba las lágrimas, mirando el horizonte al que se acercaban, pero había agua interminable a su alrededor.
─¿Y a dónde iríamos? He vivido toda mi vida en Seúl y no hay otras islas cercanas a las que podamos tomar un viaje en bote de treinta minutos─. Dijo Jaechan, uniéndose a la conversación, sentandose junto a Soyeon, la chica sujetando su mano con fuerza.
─Les dije a todas, tan pronto como vea algo mal, tan pronto como veamos algo mal, saldremos de este lugar como podamos, ¿de acuerdo?
las demás asintieron mientras se acercaban al puerto, donde otros hombres con un enorme autobús las estaban esperando, las diez subieron al autobús como prisioneras, una sensación sombría al entrar al vehículo.