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Hubo un gran silencio en lo que Seokjin cerró la puerta del departamento y se quedó mirando el suelo. Ni Yoongi ni Jimin se atrevían a decir nada, parecían esperar, en aquella falta de palabras, que el otro explicara qué estaba pasando.

Pero Seokjin no parecía querer hablar. Sólo caminó con pesadez, dejando que fuesen sus piernas las que por inercia se dirigían hacia su cuarto. Jimin le dio una mirada a Yoongi que éste entendió a la perfección: Namjoon ya no estaba allí. 

Jimin sabía que eso acabaría pasando, se lo había imaginado, por lo feliz que Seokjin se notaba y cómo sus deseos de a poco se iban logrando, pero lo que sí no se esperaba fue lo triste que el mayor se vio tras aquella pérdida. 

Yoongi decidió no molestar a Seokjin, dejándolo en su privacidad y dejando que asimilara lo que había sucedido, pero por el contrario, Jimin decidió seguirlo hasta su cuarto. 

Casi como un déjà vu del día en que Seokjin rezó por Namjoon, Jimin aprovechó aquel mínimo momento en el que pudo pasar por la puerta antes de que Seokjin se la cerrara en la cara. Entonces se vio junto a él, lo vio deslizar su espalda por el armario tal y como aquella vez lo había hecho, llegando hasta el suelo y envolviendo sus rodillas entre sus brazos con un gran sentimiento de tristeza. 

Pero la diferencia con aquella vez fue que no escondió su rostro entre sus brazos, sino que miró insistentemente la ventana de su habitación con unos ojos que gritaban melancolía. Jimin decidió sentarse a su lado y tratar de darle un poco de apoyo en aquella situación. Sabía que Seokjin ya no podía verlo, pero era imposible que no sintiera su presencia. 

Entonces observó cómo las lágrimas recorrían sus mejillas pero una repentina sonrisa comenzaba a asomarse.

—Estás aquí, ¿cierto, Jimin? —El pelirrosa se alteró en el lugar, sorprendido por aquel repentino comentario. Seokjin pareció responderse solo, inclinando su cabeza hacia un costado en una risa—. Ustedes son increíbles, ¿eh? Se aparecen, nos hacen felices y luego se van, así, como si nada, dejando ese gran vacío irremediable... Dime, ¿alguna vez podré volver a ver a Uvita? —preguntó. Jimin quiso responderle que sí, pero no tenía forma de hacerse escuchar, por lo que Seokjin continuó hablando solo—. Realmente deberían venir con algún tipo de manual para el usuario, así evitaríamos encariñarnos tanto... —hizo una pausa en la que mordió sus labios, aún más triste que antes—. Y allí definitivamente debería estar el hecho de que se van sin siquiera despedirse.

Jimin lo observó, vio cómo esta vez miraba el cielo y más lágrimas le caían por el rostro. 

—No es que nos vamos sin despedirnos... —quiso explicarle, por más de que el otro no pudiera escucharlo—. Es que nos vamos cuando nuestro humano está en un momento pleno de felicidad. De esa forma, muchos de ustedes ni siquiera se dan cuenta de que nos hemos ido... Porque sólo siguen felices con su vida... Y ese es nuestro propósito... Hacerlos tan felices que cuando nos marchemos, ni siquiera puedan ser conscientes de que lo hicimos... 

—Espero que estés bien donde sea que estés, Uvita... —expresó Seokjin, claramente sin haber escuchado ni una sola palabra de lo que Jimin había dicho.

—Lo está —le confirmó, pero nuevamente no hubo respuesta. 

—Prometo que seré feliz por ti, ¿eh? —continuó, y Jimin sintió que ya estaba sobrando en esa habitación, por lo que se levantó lentamente dejando aquella escena. 

Regresó al cuarto de Yoongi y lo vio sentado en su cama con sus manos sobre sus rodillas y su rostro observando el suelo. El mayor rápidamente levantó la mirada poniéndola sobre Jimin, con preocupación.

—¿Cómo está...?

—Está bien... Tardará unos días hasta que se recomponga.

—¿Pudiste hablar con él?

Jimin sonrió. —Algo así.

—¿Algo así?

—Él... Él ya no puede verme, hyung. Su espíritu protector regresó al cielo.

—¿Qué? ¿Por qué no? Pensé que una vez que teníamos un espíritu...

—Es mucho más complejo que eso... Él sólo podría volver a verme si Namjoon regresa a la tierra en algún momento.

—¿Es eso posible?

—Sí. No es tan fácil como simplemente rezar por nosotros y regresamos, más bien aparecemos cuando nuestro humano realmente nos necesita. Es posible que vuelvan a reencontrarse, pero el asunto es... —Yoongi lo miró interesado para que continuara hablando, y así lo hizo—. Nosotros no venimos a la tierra para quedarnos para siempre. Los humanos deben aprender a vivir sin nosotros, por eso es que tú también tienes que aprender a vivir sin mí, porque soy sólo... algo momentáneo. 

El rostro del mayor cambió repentinamente a uno consternado. Jimin sintió cómo éste se entristecía rápidamente y corrió a su lado, queriendo consolarlo.

—No quise herirte, hyung... Es sólo...

—No, no te preocupes. Es que simplemente me aterra la idea de que te vayas. Eso es todo. 

—Lo sé. Pero no puedo quedarme para siempre... Así son las reglas. 

—Y lo entiendo, es sólo que... Yo he aprendido a ser feliz desde que tú apareciste, ¿entiendes? He aprendido a valorar más mi amistad con Seokjin, he conocido gente nueva y maravillosa y... Yo realmente no sé si pueda seguir por mí mismo. ¿Entiendes? De alguna forma, no me había dado cuenta de que todo lo que tengo ahora mismo es por ti y porque apareciste...

—Hyung —lo miró, tomándolo del rostro para que lo viera a la cara. El mayor ahora mismo se veía excesivamente vulnerable—. No lograste todas estas cosas por mí. Tú lo hiciste. Yo sólo fui un impulso, ¿entiendes? Pero la fuerza la tienes tú. No tienes que desvalorizar tu esfuerzo, porque todo lo que tienes en tu vida es gracias a ti y a nadie más que a ti. 

De pronto, Yoongi había comenzado a llorar. —Lo siento, me he puesto como un imbécil. No debería llorar.

—Está bien llorar si lo necesitas, hyung. No sé qué tienen los humanos con condenar el llanto. Llorar es sano. Y entiendo que estés asustado, yo también lo estoy. A mí también me cuesta el sólo pensar en el momento en el que tenga que irme. Pero... Si sirve de algo... Desde allí arriba podré seguir viéndote y siguiendo tus avances en la vida. Jamás me olvidaría de ti. Estamos conectados, ¿recuerdas?

—Y yo jamás me olvidaría de ti —sollozó, tapándose la boca para esconder su llanto, acto que hizo reír a Jimin.

—¿Por qué te tapas la boca, hyung? Eso no tiene sentido.

Yoongi se escondió en su mano, dejando que más lágrimas continuaran recorriendo su rostro. Jimin rápidamente lo encerró entre sus brazos y le acarició la espalda, tratando de calmarlo.

—Hyung, todavía estoy aquí. No me he ido a ningún sitio. Y te prometo que cuando llegue el día en que me vaya, nos volveremos a ver. No podría simplemente abandonarte. 

Y con esas palabras el mayor de los dos se refugió todavía más en los brazos del menor, sin poder evitar pensar en el día en que ya no pudiera hacerlo, y rogándole al cielo que le dejaran un poco más de tiempo junto a su espíritu. Sólo un poco más.

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Y hasta acá la actualización, espero que les haya gustado! Cada vez estamos más cerca del final T_T

Nos veremos en la próxima mis amores, los quiero y cuídense mucho!!!<3

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Como todas las noches [PJM+MYG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora