Capítulo XIX.

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(Narra Babi)

Calles de Grecia. Húmedas por la lluvia recién pausada.

Ese olor a lluvia me encantaba, era perfecto.

Lourdes, Valeria y yo junto al socorrista David y a dos de sus amigos, bastante guapos si soy sincera, andábamos por las calles Grecas sin cauce fijo. Donde el viento nos llevase.

Paramos en una plaza enorme, llena de griegos adolescentes que jugaban y reían.

También había parejas. Joder, parejas tan perfectas.

Se me hacía duro estar en un país tan bonito y romántico como Grecia y que Jesús no me acompañase.

Seguimos nuestro trayecto hasta el estadio donde era el concierto de esta noche. Había colas de Beliebes kilométricas, sin exagerar. Lo bueno era que yo tenía el asiento reservado y llegando 10 minutos antes del concierto, era suficiente.

Oh, parejas también en la cola del concierto.

Y yo tan defraudada, pensaba. El amor es una mierda.

De repente, caminando entre calle y calle, encontramos una avenida muy bonita, llena de árboles y flores, típico en primavera. Nos sentamos en un banco los seis, y obviamente David a mi lado.

Llevaba todo el viaje acercándose a mi, susurrándome al oído cosas como "Ni Grecia se podría comparar con tu belleza" y "Ves esas parejas tan felices, nosotros podríamos ser como ellos". Y claro, me tenía agoviada.

Me levanté del banco y David ocupó mi sitio. Yo le miré insinuando que se moviera de ahí. Él me respondió con mirada desafiante. Yo di un giro para ver lo que había a mi alrededor.

La verdad,para ver si a mi alrededor estaba Jesús. Intento fallido, no estaba.

Me dediqué a observar a la gente. Luego, fuimos a una heladería y coincidí con Jesús, que estaba con dos chicos que reconocía por haber visto un par de veces en el barco.

Nuestras miradas se cruzaron. Al verme se le escapó una sonrisa,pero ver a David detrás mía le chico cambiar la cara radicalmente. Volvió a estar serio.

Pedí mi helado y nos sentamos en las mesas de fuera a comerlo.

En un abrir y cerrar de ojos, eran las 20:00. Tenia que irme al hotel a la velocidad del rayo, ya que seguro estaría la peluquera esperándome.

Pedí un taxi. Bueno, la verdad es que grité "¡TAXI, TAXI!" señalando a un taxi para que me entendiesen, por que yo de griego se poco.

Le di el nombre del hotel y nos fuimos.

5 minutos después llegué al hotel, di mi nombre en recepción, me dieron la llave y subí.

*Una hora después*

Ya duchada,peinada y maquillada, llegó el momento de vestirme.

Al fin, y modificando unas diez veces mi vestimenta, me decidí por una falda de tubo negra con una camisa blanca de vuelo. Elegante pero informal. Cojí mis vanos negas, para darle el toque informal y ¡fin!

Las 21:30. Salí con nuestra carta en la mano y llamé a mi chofer para que os llevase. A las 21:40 ya estaba entrando entre toda la multitud de beliebers, a mi asiento.

Gritos, llantos y alguna que otra canción a toda voz se escuchaban.

Yo gritaba como la que más y cantaba, si se podía llamar cantar, la canción Roller Coaster junto con algunas otras beliebers de al lado mía.

Las 21:50. Todos los asientos ocupados menos el de Sandra.

que se retrasa esta tía.

Abrieron la puerta para que entrase la última persona de esta fila.

Esperaba a Sandra, pero... ¿Jesús?

¿Qué hacía él aquí?

Llegó y se sentó a mi lado.

-¿Qué haces tú aquí? Esa entrada era para Sandra.

-Pensé que era una buena forma de despedirme.

-¿Cómo?-Preguntaba chillando, Justin estaba a punto de salir y los gritos me impedían hablar y escuchar lo que Jesús me decía.

Entendí una de sus palabras gracias a que le leí los labios. "Disfruta" decía.

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