Capítulo XXI.

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(Narra Babi)

Se me hacía tarde, le volví a dar la carta a Jesús y antes de que pudiera decir nada le agarré de la cabeza con una mamo y le besé.

El coche que me esperaba pitó. Hora de irme.

-No se me dan bien las despedidas, en la carta pone todo no que no soy capaz de decirte.-Le dije mirándole con tristeza.

-No te vayas.-Insistía mientras me agarraba del brazo.

-No es una opción, mi madre me espera en casa.

-En cuanto pueda voy a verte.

-Jesús...-Dije acariciándole la cara.-Te quiero.

-Yo más, más de lo que piensas.

Le solté y me alejé de él en dirección al coche.

Supongo que eso era una despedida. Joder, oí hablar de las despedidas y duelo mucho que dolían, pues se quedaban cortos. Dolían mucho más de lo que se pueda expresar con palabras.

La imagen de Jesús mirando al coche, serio y con la carta en la mano se va haciendo cada vez más pequeña a través del cristal del coche, hasta que desaparece.

Vuelvo la vista al frente. Una lágrima cae de mis ojos mojando mis mejillas y acabando en mi mano.

Tras 10 minutos en el coche, llegamos al aeropuerto, a lo que en breves segundos empieza a llover. Entro y el chófer me acerca la maleta.

-Buen viaje señorita.-Dice despidiéndose.

-Muchas gracias.-Digo seca, fría.

Cojo el billete de avión mi miro hacia dónde me tengo que dirigir.

Tras cinco minutos andando llego hacia el control de las maletas. Vamos, donde miran a ver si tienes droguis.

Paso sin complicación ninguna.

Debido a la lluvia, el vuelo se retrasará 1 hora. ¿Pero qué gilipollez es esa? Si están cayendo cuatro gotas hombre.

Cojo asiento y me pongo a mirar twitter.

Media hora después anuncian que en unos minutos podremos subir al avión.

(Narra Jesús)

"Hace unos días escribía como era la conisura de tus labios y ahora me tienes escribiendo una carta de despedida, aunque ya no si espada esos ojos tuyos o para todos esos momentos que no habremos vivido; que hoy era día para besarte, y hoy iban a ver todos los días.

Esta carta quiere decirte que todos los días me ponía mis mejores galas y mi mejor sonrisa para intentar conquistar te. También que cuando escuchaba tu nombre, siempre una pequeña risa me helaba la garganta y no podía evitar que mis ojos adquirieran un brillo especial.

Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, pero también está la otra cara de la moneda en esta historia que dicta que yo siempre supe lo especial que edad cuando ni siquiera te tuve.

También quiero que sepas que desde que no veo las tuya, me he dado cuenta de que las sonrisas son risas que se pronuncian en silencio. Joder, lo siento, no era mi intención atraparte en un verso, convertirte en mi universo, desear darte un beso cada mañana y querer verte dormir aquí.

Siento desear tan fuerte que arda todo el asfalto que hay entre y yo. Cómo odio pelearme con la razón me dice el corazón todas las noches. "Ojalá entendiera que esto es un caso de amor o muerte" me repite. A ver cómo le explico yo ahora a él que a partir de ahora su función no es más que nombrar sangre, que tu ya no estas, que ya no tiene por qué quererte.

En el final de esta carta te quiero dar las gracias, por que al fin y al cabo has sido una de las mejores inspiraciones que he tenido."

Lágrimas mojaban la carta que Babi me escribió.

Esto no acabará así, ni hablar.

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