CAPÍTULO 45

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El tiempo parecía que se había detenido. Después de todo lo que pasaron y de toda la gente que murió eso era todo. Un palo clavado en medio de la nada con una cinta garabateada.

Por lo visto no era la única que se sentía así; Thomas estaba de rodillas con la vista clavada en aquel letrero.

Ginna le sacudió del hombro y le tendió una mano, tenían que pensar que hacer, aquello no era algo normal, ni siquiera para gente como CRUEL.

Tras ellos estaban Teresa, Minho, Aris y Louis con la misma cara de duda que ellos dos. Ginna echó una mirada a su reloj.

- Nos queda una hora. ¿Nuestro refugio seguro es un palo clavado en el suelo? 

- No es tan malo si lo piensas. - Contestó Minho. - Más de la mitad hemos conseguido llegar hasta aquí. Parece que aún más en el grupo de las chicas. 

Por lo visto Thomas no estaba de acuerdo con él, y eso que dijo le hizo enfadarse.

- ¿El Destello ya te ha vuelto loco? Sí, hemos llegado. Sanos y salvos. A un palo. 

Minho se mofó de él: 

- Tío, no nos habrían mandado aquí si no hubiera ningún motivo. Lo logramos en el tiempo que nos marcaron. Ahora tan sólo debemos esperar hasta que el reloj señale la hora y algo pasará. 

- Eso es lo que me preocupa. - Replicó Thomas. 

- Odio decirlo. - Añadió Teresa. - Pero estoy de acuerdo con Thomas. Después de todo lo que nos han hecho, sería demasiado fácil tener aquí una pequeña señal y que viniesen a buscarnos en helicóptero como recompensa. Va a pasar algo malo.

Ginna estaba de acuerdo con Teresa, pero tras todo lo que le hizo ella y todos sus engaños no quería darle la satisfacción de apoyarla delante de un grupo de gente.

- Lo que tú digas, traidora. - Respondió Minho con una expresión que no ocultaba todo el odio que sentía por Teresa. - No quiero oír ni una palabra más de tu boca. 

Se alejó, más enfadado de lo que Ginna le había visto nunca en las pocas semanas desde que lo había conocido. 

- En eso estoy a favor de Minho. - Dijo Louis. - Me voy antes de que vuelva a amenazarlos con una lanza en las manos.

Teresa se quedó con la bocabierta, la chica estaba realmente sorprendida por aquel desprecio. Ginna en cambio no, tras todo lo que hizo, eso era lo mínimo que se podía esperar.

No quería pasar un segundo más con ella así que se fue junto a sus amigos.

En una parte alejados de todo el mundo se encontraban Harriet y Sonya junto a unos cuantos de sus amigos: Frank, Tristán, Abby, Alvin y Steven.

Ellos estaban sentados en forma de círculo hablando cuando Ginna llegó y se abrió un hueco entre ellos. Por segunda vez tuvo que contar el relato sobre que pasó cuando Thomas y ella se desviaron del camino ya que Harriet y Sonya no lo oyeron la primera vez.

- Vaya. - Fue todo lo que dijo Sonya.

- Aún no me puedo creer que hayan montado todo ese papelón para que el sapenco de Thomas se sintiera traicionado. - Dijo Tristán.

- Oye Ginna, ya sé que se supone que Thomas es tu hermano y tal. - Empezó a hablar Steven. - ¿Pero no te has preguntado que tiene de especial ese Thomas? Es decir CRUEL ha montado todo un teatro sólo para que se sintiera mal por sus amigos. ¿Pero por qué él? Si es cierto que hay más candidatos para lo que sea que estén tramando, ¿por qué hicieron esa farsa para él sólo? ¿Por qué no también para los otros?

Las Pruebas, Grupo CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora