CAPÍTULO 9

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Al ver que Rosa llegaba al fondo de la sala, se destalló de nuevo un sin fin de preguntas y exclamaciones. Después de un rato de alboroto hablando sobre la locura que acababan de ver, el tema se centró en la Prueba del día siguiente y en si matar a o no a ese tal Thomas.

Ginna no se metió en la conversación, prefería oír y observar.

Se formaron dos grupos de debate, uno de ellos estaba completamente seguro de que deberían de matar al chico y que se salvaran ellas mismas y el otro decía que eso era un acto atroz y que no deberían de hacerlo.

Ginna por su parte se mantenía alejada de ambos grupos, no estaba segura de que pensar, por un lado podría salvar de una horrible enfermedad a sus amigos y a ella misma, pero por otra parte tenía que matar a una persona.

Quizás ella debería de hacerlo por su propia supervivencia, pero pensar en aquello no era fácil.

- ¿Qué tienes tatuado en la espalda?

Se dio la vuelta y pudo comprobar que era Abby quien la había hablado. Había llegado la hora de mentir, no se sentía capaz de decirle a nadie su tatuaje. Se convertiría en el centro y todo el mundo estaría a su alrededor diciendole que debería de hacer.

- Sujeto C-2, creo que ponía.

- No digo el papel que te han puesto.

- A mi no me han puesto nada más, solo eso.

Abby miró hacia los lados por si había alguien cerca que pudiera escucharlas, después de eso se le acercó y le dijo;

- No tienes por qué mentirme, vi como te miraba el tío del traje blanco, sé que pasa algo, puedes confiar en mí Ginny.

En el laberinto sus mejores amigos siempre fueron Abby, James, Miguel y Frank, pero ahora solo estaban ellas dos, los chicos habían dejado de estar a su lado fisicamente y solo le quedaba Abby. La niña nunca le dio ningún motivo para desconfiar en ella, así que decidió contarle todo.

- Está bien, pero aquí no.

Entaron en la habitación de Teresa, como las demás seguían absortas decidiendo que hacer con Thomas, nadie se dio cuenta de que ellas dos se metían en el cuarto.

- ¡Soy yo quién tiene que hacerlo! Por eso me miró Janson de esa manera. Tengo tatuado "La asesina" en la espalda, yo tengo que matar a Thomas.

Abby pestañeó dos veces sin saber que decir, y eso era raro porque aquella niña siempre tenía algo que decir porque nunca se callaba.

- Y... ¿qué vas a hacer?

Fue lo único que dijo.

- No sé, no quiero hacerlo Abby.

- Pues no lo hagas. - Le sonrió la niña.

- No creo que sea tan fácil, cuando las demás se enteren de que debo de ser yo muchas de ellas se pondrán en mi contra cuando me niegue.

- Entonces no tienen por qué enterarse. - Dijo Abby pensativa.


Horas después se encontraban todas repartiendo y empaquetando la comida. Utilizaron las sábanas para guardar la comida y los paquetes de plástico de los frutos secos para meter el agua dentro.

Al final del día todas las presentes iban atravesar el Trans Plano y tres cuartos de ellas estaban de acuerdo en matar a Thomas.

Ginna seguía sin decirle a nadie más lo que realmente ponía en su espalda y también evitaba a Teresa. Le gustaría saber si la chica se lo hubiera contado a alguien más, pero por ahora no había indicios de haberlo hecho.

Las Pruebas, Grupo CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora