Solo Tuya©

°Capitulo 30. - "Farolito"

Sus besos eran cada vez más precisos, mis manos se sujetan con fuerza detrás de su ancha espalda y acarician cada zona. El camino de besos desciende por la zona de mi cuello, e inclino mi cabeza para darle más acceso.

Sus besos son como pequeñas estocadas al cielo. Deslizó su polo de dormir por encima de su cabeza, y cuando ya está en alguna parte de la habitación, levanto la mirada, encontrándome con la intensa mirada de Alex puesta en mí. Sus ojos son de esos que puedes pasarte días y días mirándolos, por lo tan adictivos que son, pero al mismo tiempo son aquellos que pueden intimidarte con tan solo una mirada. En este momento solo encuentro un brillo hermoso que hace que quiera comérmelos, por muy extraño que suene.

Nuestras bocas volvieron a su encuentro más desesperadas, y hambrientas que antes. Su boca era demandante, blanda y con un sabor exquisito, al que no me le podía resistir. Alexander me estaba volviendo completamente loca con tan solo un beso, exigía de mi en cada encuentro, nuestras lenguas se unieron a la fiesta, y yo solo pude apretar con ímpetu su cabello para atraerlo más a mí. Lo necesitaba cerca de mí, con apuro y muchas ansias,

Sus manos ansiosas jugaban con mis senos y tocaban todo lo que se le antepusiera en su camino, estaba en una burbuja de placer, que hacía que no pensara en nada más que en el hombre que tenía devorando cada arte descubierta de mi cuerpo con una gran concentración enfrente de mí. Mi vestido negro salió de mi cuerpo, dejándome con mi ropa interior roja de encaje.

Gracias a dios que no decidí ponerme mi ropa interior de Bob esponja.

Alexander se separa de mi cuerpo, y me mira desde los pies hasta la cabeza con una mirada de deseo que hace que inconscientemente me muerda los labios, y que mis inocentes mejillas se pongan coloradas. En mi vida he llegado a más de los besos y unos que otros toqueteos con algún chico, Alexander es el primero, y si digo que no siento mis piernas como gelatina, les estaría mintiendo; porque realmente me siento bastante acojonada, por lo que va a pasar.

__ Eres demasiado hermosa. — su voz suena más ronca de lo normal cuando habla. Alex se acerca y me da un beso en la frente lo que me deja un poco aturdida.

Este lado de Alexander es muy raro que se vea, él no es de los hombres que te traen bombones y flores, sino más bien de los que no demuestran como realmente se siente cuando están atraídos hacia una chica. Es un chico difícil, pero a pesar de todo eso; ahora puedo decir a boca llena, que estoy perdidamente enamorada de él.

Lo supe desde el primer momento en el que puse un pie en esta casa: O lo adiaba a muerte, o a muerte me enamoraba. Era uno de las dos, y creo que fue más por eso que siempre trataba de que nuestras discusiones nunca se acabarán, porque tenía miedo a que algo como esto pasara.

Se que la cosas nunca salen como las planeamos en nuestras cabezas, y que de nada sirve evitar las cosas, porque si algo es para ti, nada podrá evitar que llegue hasta tus manos.

Guío mis labios hasta su cuello y hago un pequeño recorrido por la zona. Hasta llegar a su boca, a muy pocos centímetros de este paro y dejo nuestras bocas bastante cercas.

__ ¿Estás segura? — sé que lo pregunta más por respeto hacia mí, porque el deseo reflejado en sus ojos no quiere esperar ninguna respuesta negativa

Su voz ya no es dulce, ahora está completamente ronca, y eso me excita aún más, si es que la laguna entre mis piernas puede hablar por mí.

Tal vez no imagine que mi primera vez sería de esta manera, pero como ya dije; lo único que tenemos claro, es que todo está garantizado en esta vida, las cosas pasan si están destinadas a pasar, es cierto que nosotros tenemos el control de acelerar el proceso, claro está, pero eso no evita de que pase de igual forma. Sea ahora o después de cinco años.