Limbo

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Narra Adaline

Cada segundo que transcurría era una tortura, no se como explicarlo, sabía que estaba muerta pero me sentía con vida, cuando lo note alguien sostenía mi mano,  era el no lo podía creer estaba de nuevo conmigo, ya no me sentía sola ya no me dolía pensar en el, el estaba conmigo ya no me dejaría, pero su mirada era diferente estaba llena de paz, y tranquilidad, me abrazo y me dijo que todo estaría bien, que ahora si encontré mi lugar que con el nada malo me pasaría y que siempre el estaría conmigo.

Y entonces lo entendí, el solo estaba de paso se estaba despidiendo de mi, no  como la ultima vez que no hubo tiempo, ahora si pude decir adios. Hasta que de nuevo quede sola en ese vació, sentía mi cuerpo arder pero yo estaba inmóvil no tenía razón. 

Hasta que allí apareció mi madre, lo cual me acurruco como era bebe, y solo me dijo que lo siguiera a el que todo estaría bien, y que fuera fuerte como siempre lo he sido.

Narradora

Mientras la chica aun no despertaba, Vlad mando a llamar a Williams para que se quedara en la habitación cuidándola mientras el salia a resolver la situación , le dijo que ella era una misión especial y que estaba a su responsabilidad.

Cuando adaline despertó, se encontró con una bata blanca puesta y en una habitación lujosa, se desplazo por la habitación sintiéndose muy extraña, todo lo veía con demasiada claridad, escuchaba todas las conversaciones a un millón de distancia y se sentía diferente cuando se miro al espejo pego el grito de su vida, encontrándose con una mujer hermosa de melena negra abundante y sumamente larga, cuerpo de muñeca bien formado, un rostro de porcelana y unos ojos rojos carmesí.

Williams  al escuchar semejante grito pensó lo peor y sin medir consecuencias interrumpo en la habitación de la suite, llevándose la sorpresa de su vida tenia al filo de una navaja al cuello en menos de un pardeado y se enfrascaron en una lucha en la cual ella salio venciendo como si tratara de un antiguo, estaba asustado sabiendo que todo llegaría a su fin esa chica lo mataría o si no lo hacía ella lo hacia su maestro por desobedecer.

Hasta que de pronto la puerta se  abrió la chica cojío el revolver plateado que estaba en la en mesa y disparo sin temblar le el pulso, y luego todo fue silencio.

Una Segunda Oportunidad de AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora