𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘦𝘺𝘦𝘴 𝘵𝘦𝘭𝘭 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶. (𝘚𝘩𝘪𝘬𝘢𝘮𝘢𝘳𝘶 𝘕𝘢𝘳𝘢)

𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚂𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚝𝚛𝚎𝚜

Ｄａｎ

Un mes ha pasado desde la última visita de Sasuke e Itachi a la aldea, solo faltan semanas para la boda de Naruto y Hinata, ¡Semanas!

—¿Dónde estará Mirai-chan? —pregunté con mi mano sobre mi barbilla.

Me acerqué a un arbusto y de un salto me puse frente a el.

—¡Aquí está! —soltó un pequeño grito y comenzó a reír—. Te encontré.

La tomé entre mis brazos y besé su mejilla.

—Dan Onee-chan, me gusta estar contigo —dijo jugando con mi cabello.

—A mi también me gusta estar contigo, eres tan linda y me divierto —le toqué su mejilla.

—¿Cuando tendrás un hijo? —la miré sorprendida—. Mis papás dicen que cuando dos personas se aman mucho tienen hijos, ¿Cuando tendrás hijos con Shikamaru?

—Eh... Creo que para eso falta mucho aún —dije con una pequeña sonrisa nerviosa.

—¿Cuánto?

—¡Vamos por dulces! —dije caminando rápido—. ¿Cuáles quieres?

—¡Dan-chan! —levanté la mirada encontrando a Yoshino-san y Shikamaru haciendo compras.

Me acerqué a ellos.

—Yoshino-san, hola —la saludé con una sonrisa.

—¡Shika Onii-chan! —estiró sus manos en su dirección por lo que se la di a Shikamaru.

—¿Qué hacen las dos juntas? —preguntó.

—¡Dan Onee-chan me está cuidando y estamos jugando! —contestó feliz.

—Mirai, tienes polvo en la mejilla —me acerqué y limpié su mejilla con mi mano.

—Ustedes dos se verían tan bien de padres —ambos miramos a Yoshino-san—. Deberían darme un nieto muy pronto.

—¡Mamá!

—¡Yoshino-san! —sentí mi rostro cada vez más caliente.

—Andando, ayúdenme con las compras —tomé a Mirai de nuevo y la seguimos.

—¿Quieres ir a cenar hoy? —preguntó tomando mi mano.

—Me encantaría —le sonreí—. Será mejor que ayudes a tu madre antes de que te golpee.

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Shikamaru y yo estábamos cenando juntos y hablando mientras él me mira con su mejilla recargada en su mano.

—Pronto serás la mano derecha de Naruto —le guiñé—. Has dejado de ser tan flojo.

—Y tu de ser tan infantil —sonreí y asentí dándole la razón.

—Ahora soy más madura, tengo un gran cargo en el hospital y soy parte del consejo —dije con orgullo—. Pareciera que fue ayer cuando estaba aún de viaje con mi madre entrenando a escondidas.

—En ese entonces estabas muy lejos de mi y de la aldea —tomó mi mano—. Que bueno que Naruto y Jiraiya fueron por ustedes.

Bajé la mirada viendo nuestras manos.

—El tío Jiraiya siempre quiso que yo estuviera en la aldea, con un hogar fijo, recuerdo que amenazaba a mi madre diciéndole que me llevaría con él y viviríamos en la aldea —solté un suspiro nostálgico recordando al tío Jiraiya.

—¿Quería vivir contigo? Creí que se la pasaba investigando —reí un poco.

—Así es, pero de verdad se preocupaba por mi, como Asuma se preocupa por ti —asintió.

Miré la ventana del lugar y noté que Ino y Chouji nos espían.

—Tenemos espectadores. —señalé con la mirada.

Shikamaru los miró y ambos los saludamos haciendo que se escondieran rápido.

—Salgamos de aquí, vamos —tomó mi mano y salimos del lugar.

—¿A dónde iremos ahora? —pregunté entrelazando nuestros brazos.

—A dar un paseo —seguimos caminando hasta que llegamos a aquella terraza donde nos reunimos para ver las nubes.

—Está muy oscuro, no veo nada —me quejé moviendo las manos para no chocar con algo.

De pronto el lugar se iluminó por luces pequeñas que cuelgan del lugar, hay algunos ramos de flores alrededor y velas.

—Ino me ayudó —dijo a mi lado—. Le dije que era un momento especial.

—¿Especial? —asintió.

Pasó su mano por detrás de su nuca nervioso y después me miró totalmente serio.

—Tengo que confesar que comenzaste a gustarme desde el primer momento en que te vi en compañía de Naruto —comenzó a hablar mientras toma mis manos—. Y después cuando estábamos viendo las nubes y me golpeaste... Ese sentimiento se volvió más fuerte, tus ojos, tu voz, tu cabello, el solo sonido de tu respirar me hizo sentir desde entonces que te amaba y necesitaba estar contigo siempre.

Tragué sin saber que decir.

—Dan Senju, ¿Te casarías conmigo? —preguntó tomando mis manos y acercando su rostro. 

Lo miré totalmente sorprendida, sin creer que de verdad lo está pidiendo y de una manera tan linda. Sus ojos se mantenían sobre los míos esperando con nervios mi respuesta.

—Shikamaru... Sí —dije con emoción mientras él suelta un suspiro de alivio y coloca un anillo hermoso en mi mano izquierda.

—Ahora podrás cumplir tu sueño de casarte con un chico guapo y perfecto de un buen clan y tener tres hijos y tal vez un perro —lo miré con ilusión al oírlo decir eso.

—¿De verdad? —asintió—. ¿Podremos tener un perro? —lo tomé de los hombros.

—Dije tal vez —lo abracé sin ocultar mi emoción.

—Te amo, vago —me alejé un poco y lo miré—. Nuestras madres se emocionarán —le sonreí—. Kakashi-sensei te matará.

—Ni me lo recuerdes, no quiero saber cómo reaccionará cuando le digamos —dijo con un poco de temor—. Problemática —me tomó de la cintura y juntó nuestros labios mientras escuchamos unos gritos de emocion provenientes de Ino y Chouji.

Cuatro semanas
para la boda de Naruto.

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