Capítulo 9/II - Mathew y Axel

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Matthew

Estábamos en la ceremonia de Audrey y Kent, esos dos habían decidido casarse a última hora y a Allison casi le da un infarto cuando se enteró que tenían que organizar una boda en menos de dos semanas. Así que ahora esperábamos que los novios se fueran para ir a la casa del tío Jayden (lugar que ahora se usa para todo tipo de celebración familiar), donde era la pequeña fiesta que harían. Eran alrededor del mediodía y tenía un hambre de perros, así que lo primero que hice al llegar fue correr a la mesa del bufet a tomar algo de comida. ¿Razón de mi apetito voraz? Tengo una maldita resaca, ya que anoche nos fuimos de parranda, mi hermano, Ginger, Ella, Frank, Leah, Paulette y Peter. Luego se nos unieron Austin y su novia Diana. En fin, mucho alcohol, una chica en cada brazo y Matthew feliz de la vida.

Sí, definitivamente estoy bien.

Me siento en una de las mesas a devorar todo el suculento manjar que no sé quién lo hizo. Siento una mirada pesada sobre mí y cuando levanto mis ojos veo a mamá con los brazos cruzados.

— ¿Qué? —Digo y siento su mano golpear mi nuca—. ¡Joder, Danna! —Me acarició la zona afectada—.

—Mamá para ti. ¿Qué haces comiendo antes que todo el mundo?

—Tengo hambre– contesto obvio y ella rueda los ojos. Se sienta a mi lado y me quita el plato para comer con velocidad. La miro entre divertido y confundido.

— ¿Qué? —Pregunta con la boca llena y señalo el plato—. Yo también tengo hambre y no me atrevía a coger comida, Audrey anda toda histérica con el embarazo —susurra y tengo que reír—.

—Tienes razón. Come tranquila, yo busco de nuevo para mí —me levanto de la silla y voy de nuevo al bufet, esta vez vigilando que Audrey no me vea.

Cuando vuelvo al lado de mamá la encuentro besuqueándose con papá. Ruedo los ojos y me concentro en la comida. Busco a mi prima con la mirada y distingo primero su gran vientre. ¿Está segura de que no hay más de uno allí? Me encojo de hombros y la estudio bien. Soy ginecólogo-obstetra o bueno estoy a punto de graduarme, en fin, lo que quiero decir es que si mis conocimientos no me fallan, Audrey no pasa de dos días, su vientre está recogido y a simple vista muy tenso, también la forma en que camina me deja saber que no falta mucho para el parto, no me sorprendería si dice que tiene contracciones.

Mi familia se excede cuando de celebración se trata, son las doce de la media noche y aún están bebiendo, mi padre no puede estar de pie, ni hablar de Jayden y Justin. Los novios se fueron hace unos diez minutos así que yo me retiro. Cómo nos quedaríamos en casa de mis tíos lo que hice fue subir las escaleras y tirarme en la primera cama que encontré para al minuto caer rendido.

— ¡Matthew joder!, despierta —abro los ojos de golpe y Leah está casi encima mío con cara alarmada—. Levántate hombre.

— ¿Qué pasa? —Pregunto asustado—.

— ¡Es Audrey!, va a dar a luz —sale corriendo y frunzo el ceño—. ¡Despierta a Axel, está en la habitación continua a esta! —a medida que se alejaba se escuchaba menos su voz—.

Aún aturdido camino hasta la habitación de al lado y la abro sin tocar para encontrar una gran sorpresa dentro. ¡Maldita sea!

Axel.

Paulette.

Ella encima de él desnuda.

Él penetrándola.

Ambos gimiendo.

...

Axel

Acaricio la piel desnuda de la espalda de Paulette y miro sus ojos azules brillantes mientras nos volvíamos uno. Por el rabillo del ojo veo una silueta y con rapidez nos giró a ambos dejando a mi chica debajo de mi cuerpo y cubierta. Miro hacia la puerta y veo a mi hermano que está estupefacto. Trata de hablar pero no dice nada. No puedo evitar reír y Paulette me imita.

—No voy a preguntar, solo... solo venía a decir que Audrey está por dar a luz —dice y cierra la puerta—.

Suelto una carcajada y Pauly besa mi cuello. Bajo mi rostro hasta sus labios para besarla lentamente y seguido morder su labio inferior. Me muevo un poco en su interior y luego salgo de ella con resignación.

—Mala suerte preciosa, debemos parar —hago una mueca y ella se levanta de la cama empujándome—.

—Sí, es lo mejor —camina hasta el baño y me quedo embobado mirando su cuerpo. Me fascina esa mujer—.

—Sabes que tenemos que hablar ya, ¿verdad? Matthew no se va a quedar callado mucho tiempo —asoma su cabeza y me mira angustiada—.

—No quiero.

—Paulette —digo con fastidio y camino hasta ella—. Bebé, ya tenemos mucho tiempo a escondidas como tú lo querías, te he demostrado que no juego contigo, me quieres, yo te amo. ¿Qué esperamos?

—Mi papá te va a matar.

—Vale la pena cada puñetazo —sonrío de lado y dejo que vaya a ducharse después de darle un beso en los labios.

Estoy enamorado como un idiota de Paulette desde que ella tenía unos quince años. Su belleza me golpeó tan fuerte que ahora no pude resistirme a ella más. Tenemos un año saliendo a escondidas, porque ella no quería ser un juego para mí. Sé que era un mujeriego pero solo era por no pensar en ella. O sea, le llevo casi cuatro años y a la edad que comencé a sentir cosas por ella estaba muy joven, y yo ya estaba experimentado por así decirlo. Además de que Marcos me iba a matar cuando lo sepa, pero ¿Qué más da? Yo amo a su hija y va tener que aceptarlo.

Llegamos al hospital tomados de la mano y la primera en vernos es Leah que se acerca a nosotros.

—Sus manos, están juntas. ¿Qué pasa aquí? —Entrecierra los ojos—. No me digan nada, Marcos te va a matar —me señala con un dedo y ruedo los ojos. De nuevo lo mismo—.

— ¡Ya nació! —Grita Kent llamando la atención de todos—.

— ¿Cómo se llamará? —Pregunta la madre de él. Creo que se llama Abby—.

—Oscar.

Todos estaban felicitando al nuevo padre. Cuando fueron a ver a Audrey aproveché para tomar a Paulette de la cintura y la besé como me gusta hacerlo, con pasión y demostrarle todo lo que la quiero. Estoy concentrado en los labios de mi chica cuando escucho un grito. Y la voz es malditamente conocida.

— ¡Marcos no! —El grito de la tía Katie llegó fuerte y claro a mis oídos—.

En un segundo estaba separado de Paulette y al otro sentí el puñetazo de Marcos en mi pómulo izquierdo. ¡Maldito derechazo!

Amor y Dolor IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora