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-casi pelea

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-casi pelea.

una, dos y tres horas pasaron, aún así Mia no volvía de su cita.

suspiré. ¿desde cuándo las citas duran tanto?

-¡no estoy nada relajado, para que sepas! - exclamé, luego solté una carcajada.

¿con quién carajo hablaba?

me acomodé en el sofá con mis codos en mis rodillas y mis manos cubrían mi rostro. un suspiro abandonó mis labios.

-¿por qué tardarían tanto?

tanto tarda que no sé qué harán. ¿cuál es el problema conmigo?

¿en verdad Ian era más divertido que yo? incluso más atractivo para Mia.

en realidad mi abdomen ni siquiera está marcado, así que esa posibilidad no saldría de mi cabeza.

-¿debería ser distinto? - murmuré.

-¿con quién hablas, Payton? - la pregunta repentina me hizo saltar de mi lugar, cayendo al suelo. era ella.

-¡Payton! - exclamó al verme en el piso. - no sabía que mi amigo era tan torpe.

no sabía que mi amiga me iba a gustar tanto.

ella me levantó del suelo y ambos nos sentamos en el sofá que antes ocupaba yo solo. miré el reloj de la pared y noté que era bastante tarde ya, aunque no me importó.

-¡mi cita tiene un 10/10! Ian dijo que le gustaría repetirlo - sonrió dulcemente.

-me gusta que te sientas tan feliz, Mi.

-gracias - rió. - Ian me hace sentir bien.

lo sé.

-¿por qué hablabas solo? - interrogó.

-hago eso cuando una chica me deja viendo películas solo - la miré de reojo. noté algo de molestia en sus ojos.

-¿todavía estás con eso? Ian es importante para mí. pensé que lo sabías.

Ian, Ian e Ian.

-lo sé, pero como somos amigos pensé que yo era aún más importante que... Ian.

por alguna razón, me molesta hasta mencionar su nombre.

-también me importas - intentó tomar mi mano pero la esquivé.

-parece que él más.

aún cuando volteé a mi izquierda para no verla podía sentir su mirada sobre mí. me la imaginaba analizando mis palabras, confundida.

Dios, ¿de dónde salían esos celos? ni siquiera pensé lo que decía. me pone nervioso.

de un momento a otro dejé de sentir peso a mi lado. Mia subía las escaleras con los puños apretados.

-¿a dónde vas? estábamos hablando - le recordé.

-no, no hablábamos, vos querés discutir y yo no tengo ganas. vamos a hablar mañana, más tranquilos, porque ahora ya es tarde. hasta mañana, Payton - siguió su camino y a los segundos sentí el suelo vibrar cuando ella sonó la puerta de su cuarto. me había dejado con la palabra en la boca.

¿dije algo realmente fuera de lugar?

subí a mi habitación por igual soltando un suspiro pesado, luego entré a mí baño y me comencé a desvestirme para darme una ducha. tal vez me podría relajar.

cuando el agua estuvo tibia me metí bajo la lluvia, mi cabello se mojaba al igual que el resto de mi cuerpo.
al elevar la cabeza hacia arriba, con los ojos cerrados, mi cabello se peinó y lo sacudí.

qué idiota fui al decir tantas cosas.

destapé la botella del shampoo, coloqué el contenido en la palma de mi mano y luego empecé a masajear mi cuero cabelludo para hacer espuma. así lo lavé e hice lo mismo con el acondicionador.

con la esponja y el jabón lavé mí cuerpo. en unos minutos ya estaba fuera de la ducha con una toalla alrededor de mi cintura.

al sacar el vapor del espejo con mi mano miré mi rostro allí. la barba apenas crecía y no había nada que afeitar.

al salir del baño busqué ropa para dormir en el ropero. dos golpes en la puerta me sorprendieron.

de todas formas sabía quién era.

-¡adelante! - dí permiso. se escuchó el sonido del picaporte abrir y cerrar la puerta.

-perdón - se disculpó en un susurro casi inaudible. un escalofrío recorrió mi columna vertebral al escucharla.

¿por qué de la nada me sentía tan... bien?

-¿cómo?

-puede que tengas razón y sí esté dejándote de lado - explicó en el mismo tono de voz. eso me hizo sonreír.

-está bien - respondí. seguido de mi voz un trueno se vió por la ventana.

-¿vamos a mi habitación o dormimos acá? - me sonrió. le regalé una risa.

Mia no le tenía miedo a los truenos pero acostumbraba dormir conmigo cuando llovía, y yo no me quejo.

-aún debo vestirme - sonreí.

me incomodaba saber que tenía algo que hablar con Mia y era bueno que ella se haya acercado para solucionarlo. eso me hacía bien.

ella se acercó a mi cama y se acostó ahí para luego cubrir sus ojos con sus manos.

-no voy a mirar.

reí por lo bajo y la miré atentamente mientras me vestía. quería ver si volteaba a mirarme.

si lo hacía sería una señal de algo, pero no lo hizo.

me acerqué a la cama y sentí el colchón hundirse cuando me acosté a su lado. tiré la sábana a un lado y ella rió ahora mirándome.

tenía calor y estaba nervioso, no sabía qué hacer.

-que duermas bien - amagó a besar mi mejilla y corrí el rostro disimuladamente. el beso fue en la comisura de mis labios. - oh, mi culpa, perdón.

culpa mía.

ella cerró sus ojos y cuando sentí su respiración tranquila supe que estaba dormida. la abracé e igual me dormí.

|| tengo que confesar que esté capítulo nunca me gustó.

-b.

𝘄𝗶𝗹𝗹 𝗶𝘁 𝗲𝘃𝗲𝗿 𝗯𝗲 𝗺𝘂𝘁𝘂𝗮𝗹? | 𝗽𝗺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora