𝘄𝗶𝗹𝗹 𝗶𝘁 𝗲𝘃𝗲𝗿 𝗯𝗲 𝗺𝘂𝘁𝘂𝗮𝗹? | 𝗽𝗺

04

–estoy perdiendo posibilidades.

—creo que esto no es correcto – dije por décima vez e igualmente no me hizo caso.

suspiré, ¿por qué dejé que me convenciera?

Chase y yo estábamos sentados atrás de un arbusto esperando a que apareciera Ian, mientras que Mia tenía su lugar en un banco blanco y miraba sus manos.
no hace falta decir que ella no sabe que nosotros estamos acá, ¿verdad?

estaba demasiado aburrido y además, ¿por qué Ian hacía esperar a Mia? pudo pasar a buscarla o algo. yo hubiera hecho eso.

—¡ahí! – mi acompañante exclamó en un susurro. – esos son nuestros... ¿objetivos te parece bien? – rodé los ojos y lo empujé. él cayó al suelo.

—¿podrías ponerme atención? quiero irme ya, esto no me gusta – repetí. intenté levantarme pero Chase lo impidió tomándome del brazo.

—¿estás buscando que nos descubran o algo así? deberías quedarte – revoleo los ojos otro vez y me quedo sentado en silencio.

debía aceptar que esto iba a ser mi día.

volteé de nuevo a la cita. Ian y Mia conversaban cómodamente en un claro coqueteo, sonriendo.
a decir verdad, se los veía bastante bien.

—se los ve bien entretenidos – ¿estaba leyendo mis pensamientos?

—es cierto, por eso digo que-

—¡el objetivo de mueve! – mi amigo se levantó.

empezamos a seguir a... el objetivo (solo objetivo de Chase, cabe aclarar que a mí no me importa). íbamos a una distancia moderada para que no nos noten, aunque dudaba que lo hagan; estaban muy en lo suyo.

entraron a un parque de juegos, ¿eso realmente pasa en la vida real?

—eso es muy de novios – sentencie en voz baja viendo a Ian jugar para ganar un peluche y regalarlo a Mia.

la mano de Chase en mi espalda me dió apoyo. – tranquilo, son solo amigos y eso importa – me sonrió, volteando a verlos otra vez.

Mia abrazaba y besaba a Ian, en la mejilla, gracias a Dios. se veía emocionada con su regalo en manos.

¿no podía yo ser Ian por un día, al menos? así ella me querría más, tal vez.

ambos, luego de estar mimosos en el puesto, fueron a otra juego. ya me quería ir.
era probable que ellos se pasen el día así, y no tenía ganas de verlos.

es decir, ¿de qué me sirve?

—¡Payton! – mi amigo llamaba.

—¿si?

—nada, estabas distraído y yo aburrido así que... te molestaba – dió una sonrisa inocente. le devolví el gesto, sarcásticamente.

—hoy estás más molestó de lo normal...

—¡ya están bajando! – anunció, confirmando lo que dije yo.

es molesto.

Ian bajó primero del juego y tomó la mano de ella para ayudarla, ¿qué hace? no es necesario tomar su mano. igualmente hizo sonreír a Mia.

se veía feliz.

una vez ambos habían bajado del juego, sus manos seguían juntas. Ian entrelazó sus dedos con los de Mia y levantó la mirada hacia ella, quien lo miraba de forma... enamorada.

¿estaba enamorada?

él llevó a Mia a un puesto en el qué vendían golosinas, le dió a elegir alguna y noté que agarró un algodón de azúcar color azul.

lo supuse.

pagaron y buscaron lugar en un banco. sentados allí comenzaron a charlar gustosamente, compartiendo mientras la golosina.

disimuladamente, él dejó caer su cabeza sobre el hombro de Mia y noté la sorpresa en su rostro. sin embargo, no pudo objeción, sino que dejaba caricias en su cabello.

¿pasaba algo si me acercaba un poco más?

al levantarme, Chase me dijo que no estaba bien que vaya porque podían verme, pero negué y me acerqué.

—¿estás seguro de que no te van a ver? ni siquiera se movieron, no hace falta movernos de sitio – asentí con la cabeza en respuesta y me alejé de él.

tampoco soy idiota como para ponerme enfrente de ellos y que me vean.

una vez me adelanté a su lado, me arrepentí.

Ian la miraba y ella a él, pero era muy distinto a cuando estaba conmigo. se veían bien, cómodos y tranquilos.

con solo ver a Ian podía notar que estaba feliz y que disfrutaba de su tiempo con Mia, quién no se quedaba atrás. ella no había dejado de sonreír ni un solo momento.
la mirada que compartían transmitía algo... distinto.

¿estaba haciendo bien tratando de interponerme en ellos?

|| este capítulo tiene unas trescientas palabras menos que antes,,, no sé cómo escribía tan cursi, qué estrés.

–b.