Capítulo 5

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Incidentes

Luca

Era un día lluvioso en la bellísima ciudad de Buenos Aires.

Había regresado a mi departamento luego de una agotadora mañana buscando empleo en los bares del centro.

Lamentablemente, los músicos clásicos ya no eran muy reconocidos ni queridos para acompañar tragos nocturnos. Por lo que tuve que limitarme a sonreír con decepción cada vez que rechazaban mis servicios.

Ya habían pasado ocho semanas desde que me había mudado.

Sí, las contaba al igual que un preso cuenta sus días para salir de prisión.

Pero era ya un hábito en mí, algo que me hacía dar cuenta de que en verdad ya no estaba en Sicilia.

Cuando el ascensor llegó a la planta baja, hice uso de todas mis fuerzas para correr la puerta metálica. Una de las pocas desventajas del edificio antiguo era su oxidado ascensor con capacidad para dos personas.

Ya estaba por cerrar, cuando la única vecina con la que había cruzado miradas en todo este tiempo apareció de la nada.

—No me mires así. Las escaleras están bloqueadas.

Asentí sin decir palabra alguna.

No sé por qué, pero algo en esa muchacha me calmaba. Lograba que mis preocupaciones desaparecieran con solo unas palabras, con una fugaz mirada. Por más que esta denotara todo el desprecio que tenía hacia mí, me gustaba.

De pronto, entre el tercer y cuarto piso, una pequeña sacudida se hizo presente provocando así que la apretujada cabina se detuviera.

Y la luz se fue.

Pude darme cuenta de que la respiración de mi vecina se volvía errática cada segundo que pasábamos encerrados.

Ella estaba hiperventilando.

Mara

No soportaba los espacios cerrados.

El oxígeno disminuía.

Me costaba respirar.

Iba a morirme en ese jodido ascensor si no salía rápido de ahí.

Coloqué mis manos sobre mi cabeza, rodeando los oídos que solo podían escuchar un «piii» desde lo lejos.

Me puse de cuclillas casi sin pensarlo, era un reflejo.

Hacerme más pequeña, como una bolita, lograba que me sintiera repentinamente segura.

Comencé a desesperarme cuando ya no sentía aire llegando a mis pulmones.

Pasé de inhalar por la nariz a absorber por la boca.

Por favor, que alguien me saque de acá.

La oscuridad se volvió poca cuando su palma se posó en mi hombro.

Luego esa misma mano rodeó mi cuerpo hasta atraerme hacia el contrario.

Mi vecino, ese que tocaba el violonchelo hasta las quinientas horas todas las madrugadas, hizo que toda mi preocupación del momento desapareciera.

¿Cómo? Es la pregunta que hasta el día de hoy no tiene respuesta.

Solo sé que algo en ambos cambió esa tarde.

Y lo que pasara luego, ya no tendría vueltaatrás.








A veces me pregunto qué piensan sobre Luca y Mara.

Digo, ambos son como mis hijos❤ Pero Luca me puede por 1000

Mara significa "amargura", ¿le hice justicia a su nombre con su personalidad?

No olviden votar y comentar, amo leerlos.

L@s amo.

Mar.

Todos los sueños mueren en Buenos Aires [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora