Parte sin título 17

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Pasaban las 19:00 hrs, iba caminando sin rumbo. El sol comenzaba a esconderse detrás de las montañas. El cielo se torno de colores naranjas. Me detuve un momento a observar el crepúsculo vespertino. Mi mente comenzó a divagar de pensamiento en pensamiento. Estaba tan perdida en mis pensamientos que no escuche cuando alguien decía mi nombre. 

Había quedado de verme con una persona a las 19:30 en donde estaba justo ahora. Estaba nerviosa, era la primera vez que salíamos juntos. Anteriormente salimos junto con amigos, pero hoy era diferente. No sabía que podía decir, o cómo actuar sin que se notara lo nerviosa que estaba en ese momento. Inhale y exhale con calma, controle mi respiración. Pude relajarme un momento y deje que fluyera todo. Cerré mis ojos unos segundos y los abrí nuevamente. Decidí disfrutar el momento que estaba viviendo, ver el atardecer tan hermoso como siempre. Disfrute de cada segundo. Volví a cerrar mis ojos, pero ahora un largo tiempo. El viento chocaba en mi cara, haciendo que mi cabello volara hacia atrás. 


-Te vez hermosa, como siempre- dijo con su voz dulcemente gruesa. Rápidamente salí de mi pequeño trance. Giré mi cabeza a la izquierda y dirigí mi mirada a la suya.
-Hola- respondí con una sonrisa tímida.- ¿Gustas sentarte conmigo?- indique con una palmada el lugar a  lado mio. 
-Esa pregunta logra ofenderme un poco, claro que me gustaría sentarme a un lado de ti-dijo con una sonrisa.

Conversamos como no lo habíamos hecho antes. Pasábamos mucho tiempo uno a lado del otro, pero no habíamos tenido la oportunidad de compartir momentos solo nosotros dos. Siempre era con nuestros amigos en común. Fue una excelente idea el poder salir en una "cita". Me llamaba la atención su manera de pensar, su inteligencia, su esencia, su personalidad, pero no había tomado el tiempo de destacar esos pequeños detalles que lo distinguen. Una simple sonrisa que sus labios emanen, te hacen sentir que todo esta bien. Puedes ver tu reflejo en sus grandes ojos cafés. Cada detalle de su rostro, es tan único. Los lunares que adornan su rostro, cada uno se encuentra en el lugar correcto. No quería se diera cuenta de lo mucho que estaba siendo observado por mi. Dirigí mi mirada al atardecer que nos rodeaba.  Se sentía una atmósfera tan serena. Me sentía demasiado cómoda, no hubo momento alguno donde me sintiera incómoda o nerviosa. Toda la conversación que estábamos teniendo fluyo con demasiada naturalidad. 

No me di cuenta en que momento paso, pero nuestras manos chocaron. Quite la mía rápidamente. Él tomo mi mano y la unió a la suya de una manera sutil y delicada. Me pareció demasiado tierno. Nuestras miradas se cruzaron, me sonroje de una manera nada discreta. 

-¿Te pone incómoda que tome tu mano?-dijo algo tímido
-Para nada-dije con una ligera sonrisa nerviosa.
-¿Puedo tenerte así?
-Depende
-¿De qué?
-De las intensiones que tengas al sostener mi mano.
-¿Y si te dijera que, tus manos me gustan para sostenerlas toda mi vida?-dijo sosteniendo una dulce mirada fija en la mía.- ¿Sabías qué al salir con alguien tienes que fijarte en su manos?
-¿Siempre que sales con alguien observas sus mano? ¿Es algún fetiche?- No salió de mi alguna otra respuesta de mi boca.
-Sonrío dulcemente- No es un fetiche, pero si veo las manos de las chicas con las que he llegado a salir.
-Entonces, ¿por qué las observas?
-Lo más importante para saber con quién quieres pasar el resto de tu vida, es poder admirar el potencial de la persona, más allá de amarla. Tienes que admirarla, sin embargo, también tienes que sostener su mano. Mientras más pase el tiempo, vas a besar cada vez menos a esa persona. Vas a pasar más tiempo sosteniendo su manos. Sus manos se sostienen desde un inicio y se sostienen hasta el final. Al sostener tu mano y verla-dijo mientras observaba cada detalle mi mano.- Quiero sostener tu mano desde el inicio de esto, hasta el final de mi vida. No te estoy proponiendo matrimonio aún, pero si en algún futuro me lo permites, me encantaría. Solo quiero que sepas que desde el primer momento en que te conocí, admire tu valentía, tu persistencia, tu confrontación hacia los desafíos. Eres hermosa y probablemente muchas personas te lo han dicho. Yo prefiero decirte lo que muchas personas no logran percibir al instante de ti. Eres más de lo que muchas veces logras creer, eres más que solo la chica hermosa y con una gran sonrisa. Eres una mujer fuerte, inteligente, solidaria, humilde, apasionada con lo que hace, sensible, pero a la vez dura. Te podría describir por horas, lo podría repetir una y mil veces. Solo quiero sepas que en ti no solo veo una cara bonita. Veo más allá, veo a la verdadera tú. A la que, le gusta separar los osos de gomita rojos de todos los otros colores. A la que le gusta comer primero el pan por la parte de abajo, para después continuar con la parte dulce. La que prefiere tomar mil veces agua, a tomar una gota de refresco. La chica que se logra frustrar cuando algo no salió como quería, o como esperaba. La chica que logra sacarle una sonrisa a este pobre chico, con un simple baile que hace al comer algo que le gusta. Te conozco hace tiempo y nunca me había tomado el tiempo para decirte todo esto. Lo tenía tan guardado dentro de mí y estoy tan agradecido contigo. Estoy agradecido contigo por aceptar salir conmigo, por estar aquí en este hermoso atardecer- Tomo delicadamente mi mejilla con la palma de su mano, se acercó poco a poco a mi. Sentí su respiración en mis labios.- ¿Puedo besarte?- dijo en un tono poco imperceptible. Solo asentí. Sentí sus labios húmedos sobre los míos, estaban en perfecta sincronía. Se sentía tan bien poder besar sus labios,  tenían un sabor dulce. ¿Han visto películas dónde besan a su ser amado y comienza una canción romántica? En mi mente solo podía escuchar varias, que realmente quedaban perfectas en ese momento. 
Nos separamos lentamente, me miro a los ojos y tenían un brillo único.


-Realmente podría besar a diario tus labios y sin duda me encantaría sostener siempre tu mano.





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