Blood

16 0 0
                                    

Jugar con unas tijeras, te puede llevar a recordar momentos que creíste olvidar hace tiempo. Te puede llevar a momentos de tu vida, que no querías volver a recordar, mucho menos vivirlos nuevamente.

Me encontraba tranquilamente sentada, realizando mis actividades cotidianas. Las vi en el escritorio, decidí tomarlas, abrirlas e inconscientemente pasar el filo de ellas por la piel de mi antebrazo. No creía que podía remover tantas sensaciones antiguas. Me remonte  a mi yo de catorce años. Muchos recuerdos llegaron a mi mente. Siendo específicos, todos aquellos donde me auto lastimaba. 
Siento como el filo va poco a poco rasgando mi piel, al principio me asusta ver tanta sangre, pero después eso deja de importar. Se siente como arrancar una hoja de papel. Evito pensar en el dolor físico que esto llega a causar. Es la sanación perfecta de todos mis problemas.

Después de salir de situaciones difíciles para mi persona, decidí que sería la última vez auto lastimándome. No contaba con que eso podría revivir en mí.

 
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Sentir su delicado filo en la piel en combinación del frío del metal, hace que llegue a mí un pequeño escalofrío. Recorriendo desde mi antebrazo, hasta llegar a la nuca, se presenta una pequeña sensación de necesidad. Necesidad de sentir como el filo rasga lentamente mi piel nuevamente. Comienzo a sentirme abrumada, más que eso asustada. Algo que inicio inconscientemente, se convirtió en mi mayor miedo.
Trato de entender mis nuevos pensamientos, que están combinados con algunos viejos. Me siento a la deriva. Siento que no puedo más. Pasan los días y la necesidad se hace más grande. Me es un poco más difícil despejar mi mente de ello. Trato de distraerme. Comienzo a saturar mi cabeza con otros pensamientos, pero no funciona. Cada día es más y más grande la necesidad de rasgar mi piel. Trato de encontrar respuesta a mi propia interrogante; ¿por qué volvió a mí?
No me deja descansar, duermo tarde, despierto temprano. Mi cabeza va a mil por hora. Podría estar de mal humor, pero trato que no me afecte. Aunque me afecta más de lo que quiero admitir. Me siento agotada, triste, pero no quiero demostrarlo.
Es una sensación que me asusta, no quiero recaer en ello. No lo puedo permitir.
Soy consciente que necesito ayuda en estos momentos. La persona que esta ahí en momentos así, se encuentra a kilómetros de distancia. No he podida encontrar a alguien similar a ella. Lo único que quiero es que esta sensación desaparezca. Quiero evitar cualquier conflicto emocional. Lo único que quiero es mi paz mental. He llorado estos últimos días por el simple hecho de ver unas tijeras o una navaja.
Me esfuerzo en seguir sonriendo y tener una actitud positiva todos los días. Sabiendo que por dentro estoy desbordando en llanto y dolor.

Emocionalmente, estoy devastada.

Diario juvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora