Capítulo XVII

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𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄: 𝐓𝐑𝐈𝐒𝐓𝐄 𝐏𝐀𝐑𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄 𝐉𝐔𝐄𝐆𝐎𝐒

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𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄: 𝐓𝐑𝐈𝐒𝐓𝐄 𝐏𝐀𝐑𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄 𝐉𝐔𝐄𝐆𝐎𝐒


Nunca pensé que con Kai Boutroux, quien seguía haciendo comentarios agudos sobre mis dedos sueltos y la barbilla que estaba levantando demasiado alto, podría más o menos establecer pasos en mi arreglo, conociendo solo el ritmo de la canción, que seguía tocando en mi cabeza...

Kai parecía divertirse tanto como entrenador como yo. Constantemente dirigía, gritaba los nombres de los saltos de borde, que a veces inventaba por completo.

- ¡Lolly pop! -Gritó en un momento, queriendo ordenarme que saltara, pero al escuchar su orden, inmediatamente me detuve en el lugar y me eché a reír incontrolablemente.

- ¿Lolly pop? -Pregunté entre risas. - ¿Qué diablos es el lolly pop? -Me senté con cuidado sobre el hielo, frotándome las comisuras de los ojos con los dedos.

-Sabes exactamente a qué me refiero, - me miró con una expresión completamente seria. -Me refiero a ese salto extraño que comienzas hacia atrás-, trató de explicar, pero aun lo miré confundida.

- Hay muchos saltos desde atrás, Boutroux. Además, no hay nadie llamado lolly pop en ellos, es infantil. Me reí, tratando de insultarlo un poco, pero Kai permaneció inflexible.

El chico se sentó en el hielo a mi lado, mirando el hielo y frunciendo el ceño. Por un momento trazó algo con el dedo en el hielo, pero se detuvo de inmediato y miró hacia arriba.

-Toe loop-, dijo. -Me refiero al lazo del dedo del pie-, sonrió, ajustando la gorra que estaba sobre sus ojos nuevamente, justo cuando comencé a analizarlo con una mirada bastante crítica.

Todo me parecía muy inapropiado hoy. El Kai de hoy no es el mismo Kai que conocí ayer o cualquier otro día. Sacudí mi cabeza, bajando mi mirada ligeramente debilitada hacia el hielo.

- ¿Por qué estás actuando así hoy, Kai? -Pregunté, como si tuviera algo de tristeza en mi voz.

Aunque a toda costa ahuyenté todos los pensamientos que me recordaran cualquier descripción de mis experiencias internas actuales, la tristeza fue la parte de mí que más se hizo sentir. Fuera de la pista, no quería que Kai Boutroux fingiera de nuevo que todo estaba literalmente mal con nosotros. Me las arreglé para descubrir que podemos reírnos entre nosotros, por ejemplo.

Boutroux probablemente me miró por un momento, reflexionando sobre la respuesta mientras constantemente golpeaba con el dedo el hielo.

-No lo sé-, respondió encogiéndose de hombros. - Quizás un alto temporal al fuego no perjudique a nadie.

Lo miré inquisitivamente, frunciendo ligeramente el ceño.

-¿Cuánto tiempo durará nuestro alto temporal?

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