Capítulo XXVII

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-Siempre pensé que no te importaba-, murmuré, sin saber muy bien cómo hablar en ese momento.

Kai se rascó el cuello, al cabo de un rato se ajustó la gorra con la misma mano, que cayó sobre sus ojos.

- ¿Por qué lo mostraría?- Dijo con indiferencia, encogiéndose de hombros. - Todos me tomarían por alguien completamente diferente solo por este estúpido estrés que salió de la nada y quiere estropearlo todo - resopló, formando una bola de nieve en sus manos, tirándola al agua en un momento.

- ¿Estás seguro de que quieres que todos tengan una visión oscura de ti?- Pregunté, después de pensarlo un momento.

Kai Boutroux me miró inquisitivamente.

- ¿Oscura?

-¿Todo el mundo sabe que Kai Boutroux escucha canciones de amor bonitas?- Empecé, a lo que Kai se rio brevemente.

-Si se enteraran, seguramente me ficharían del equipo de hockey a un club de poesía-, se rio, metiéndose las manos en los bolsillos. - Para ellos, Kai Boutroux no escucha música, rebota discos, ¿entiendes?

Asentí con la cabeza, aunque no lo entendí del todo. Respiré más profundamente, mirando al moreno.

-¿Todos saben que a Kai Boutroux realmente no le gusta Alanya Riggs, que todavía está sentada en su regazo?- Renuncié un poco sarcásticamente, y una sonrisa apareció lentamente en su rostro.

- ¿Quién dijo que no me gustaba en absoluto?

-Pensé que tu relación se parecía al thriller The Crush, que era tan desesperada que no querrías tener nada que ver con eso-, resoplé y él negó con la cabeza significativamente.

-Está bien, no me gusta en absoluto Alanya Riggs, ¿y qué?- Dijo un poco irritado, apoyando los codos en las rodillas y bajó la mirada.

-Es porque estás jugando a ser un chico malo frente a todos, como si no tuvieras ni un sentimiento-, solté, exhalando un suspiro después de un rato.

- O, maldita sea, ¿no los tengo?- Casi gritó, alzando un poco la voz, que pareció temblar un poco.

Kai Boutroux comenzó a abusar de la palabra maldición.

- Por supuesto que sí. Todos tenemos sentimientos, estúpido.

-No me entiende, Campbell,- negó con la cabeza y entrecerró los ojos. - El capitán del equipo de hockey no tiene sentimientos, no le importa más que entrenar, el equipo y la fiesta. Si tuviera que preocuparme por lo que siento, estaría completamente perdido.

- Creo que ya estás perdido, ¿sabes?- Entonces Kai me miró, pero sus ojos no brillaban como hace unos momentos y exhaló inestable.

El chico me miró directamente a los ojos durante unos momentos en los que estaba tratando de reorganizar todo en mi cabeza.

- Aquí - aquí le pongo el dedo índice en el brazo, después de un rato llevándolo - se sienta Kai Boutroux, que está jodidamente preocupado por su entrenamiento, equipo, fiesta, en un momento estará peleando por la plaza de capitán del equipo con la diferencia de que este Kai Boutroux también se está ocupando de su sentimientos, escucha tristes canciones de amor de las que nadie sospecharía, odia a Alanya Riggs, se sienta en el mismo banco con su peor enemiga y es la mejor versión de Kai Boutroux que puede ser.

Kai constantemente dirigía su mirada directamente hacia mí, y una breve sonrisa apareció en su rostro, que enmascaró de inmediato, mirando al frente. Parecía pensativo, como si al menos una pequeña parte de todo mi discurso lo hubiera golpeado tan fuerte que necesitaba analizar todo con cuidado.

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