Capítulo XXXIII

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Ya había mucha gente en las gradas sosteniendo pancartas y aprovechando sus últimos momentos para participar en las apuestas, y aquellos que simplemente estaban contentos de no haber tenido clases

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Ya había mucha gente en las gradas sosteniendo pancartas y aprovechando sus últimos momentos para participar en las apuestas, y aquellos que simplemente estaban contentos de no haber tenido clases. El equipo de Beniamin había estado en el hielo durante algún tiempo y estaban clavando los discos en la portería y evitando los conos. Davis parecía muy concentrado en desempeñar el papel de un buen capitán y entrenador. De vez en cuando les lanzaba algunos mensajes de texto a sus pupilos, dándoles palmaditas esporádicas en el hombro y mostrándoles cómo sostener un palo de hockey con eficacia.

En el momento en que Kai apareció en el hielo con su equipo, todas las gradas volvieron a dar gritos y aplausos bastante fuertes, que me lastimaron un poco los oídos.

Kai Boutroux parecía ser un gran fanático de gritarse a sí mismo. Parecía como si el mundo entero se hubiera detenido por él, y estaba atrapado en el momento en que la gente lo amaba. Lo vi girarse hacia atrás, levantar la barbilla unos centímetros y sonreír tan ampliamente como siempre, y después de un momento saluda brevemente a las gradas y se aleja.

El chico no amaba nada más que lo que otros lo amaran.

Al mismo tiempo, Kai Boutroux no amaba a nadie en absoluto.

Realmente había mucha gente alrededor. Todas las caras se fusionaron, ni siquiera pude encontrar a mis amigos con mis ojos. Suspiré profundamente, tomando mi cuaderno rosa y algunas libretas de repuesto debajo de mi brazo y tomando el asiento del entrenador. Fue una sensación bastante extraña tener este trabajo como patinadora artística habitual que abandonó lo que está haciendo y ahora está ganando algo de dinero extra como entrenadora de hockey. Estaba completamente mal, aunque me sentí perfectamente bien con eso.

-Oye, Campbell, ¿estabas bien con el lápiz labial?- Escuché una voz burlona detrás de mí, y al rato vi la figura de Benjamín, quien se apoyó contra la tabla y cruzó los brazos sobre el pecho.

Resoplé suavemente de risa, irónicamente levantando las comisuras de mi boca. Todo indicaba que Benjamin finalmente sintió al menos una parte de mi venganza.

-Hey Davis, ¿no pierdes tu tiempo conmigo?- Respondí, negando con la cabeza. -Seriamente. ¿todavía no tienes suficiente? -Me encogí de hombros.

-"No estoy enojado contigo en absoluto, Benjamin. El plan era genial"- citó, rompiendo a reír.

-Oh wow. Eres bastante bueno distinguiendo la mentira de la verdad, Davis. Estoy impresionada.

-No me digas que realmente estás de su lado-, asintió con la cabeza a Kai, quien estaba completamente consumido por calentar a su equipo y animarlos a pelear.- Estás deprimida de nuevo, Campbell. Sí, como siempre en español, ¿no te acuerdas?

Una vez más tuve todas mis rivalidades con Benjamin Davis por el promedio español más alto, todas mis irritaciones por sus estúpidas burlas, y al mismo tiempo vi un momento en el que Benjamin simplemente perdía. Tenía muchas ganas de verlo.

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