~ Yoonmin ~ 👑 ||Omegaverse||
Un rey cegado y dominado por la lujuria, el poder, la dominación, prepotente, orgulloso, amado por muchos y odiado por otros, queda a cargo del Reino de Daegu cuando su padre muere.
El Rey Min, desea librarse unas hora...
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(Narra Yoongi)
Me fue difícil poder conciliar el sueño, pues toda la noche, bueno casi toda la noche pase admirando la belleza de Jimin, es un ángel.
¿Como pude ser tan imbécil de lastimarlo?
Me hacía esa pregunta constantemente y es que, por más que quisiera hacerme a la idea de que mi tonto Alfa me dominó, no me dejó darme cuenta de lo que estaba haciendo y aún si fue él quien actuó por mi, fue mi persona quién hizo tan atrocidad, me arrepiento día a día de haber ocasionado tanto sufrimiento a mi pequeño, se muy bien que su Omega hizo que olvidase todo, como un escudo protector ante tanto sufrimiento.
Sin embargo, aún si de todo aquello, se que soy el culpable de todo, pues mi lobo es parte de mi y eso no lo puedo cambiar, desearía regresar aquel momento y proteger a mi Jiminie, cuidarlo, enamorarlo como corresponde y jamás ocultarle tan terribles secretos.
Pero son cosas que jamás uno puede cambiar si ya está escrito, no quería algo así, se que era un ser despreciable antes de conocer a Minnie, muchos me odiaban por la manera en que comenzaba a gobernar, pues apenas tenía un par de semanas y mis padres no habían fallecido hace mucho.
Todo lo estaba haciendo mal y el haber lastimado a Jiminie fue la gota que derramó el vaso, ocasione el peor de los errores.
¿Existe algo bueno de todo esto?
Aunque tal vez suene cruel, si existe algo bueno, pues conocí a mi amado esposo, conocí al amor de mi vida, a mi Omega, mi mate, mi luna, mi todo, el dueño de mi corazón.
Mi pequeño Mochi es quien ha logrado que cambie, trato de ser mejor rey, de darle lo mejor a mi pueblo, de velar por ellos, de protegerlos de esos rebeldes que solo quieren perjudicarnos por un simple capricho de reglas.
Mi mente divagaba en todo lo que ha sucedido desde que mis padres fallecieron hasta este momento. Aquí en esta cama, junto a mi hermoso Omega, mi bello y adorable esposo.
Mi esposo.
Eso se escuchaba fascinante para mí, pues Jimin es fascinante, deslumbrante, encantador, hermoso, con una personalidad carismática, tierno, sonriente, alegre y único.
Acariciaba sus cabellos que por cierto me sorprendió de sobre manera, que al despertar sus rubios y doradas hebras ya no estaban y en su lugar, un tierno rosa pastel lo reemplazaba, se veía mucho más adorable que antes.
Sonreí al recordar la noche anterior, pues fue maravilloso, al momento de terminar de hacer el amor, ambos estábamos jadeantes pero las palabras amorosas y tiernas no dejaban de salir, incluso los besos robados se volvieron constantes de un momento a otro, al punto de necesitarlos como el aire que respiramos.
No sé cómo es que mi hermoso bebé tuvo el valor para pedirme que volviéramos hacer el amor, fue algo sorprendente para mí, pues en ese momento yo no salía de él aún y con solo escucharlo decir aquellas palabras de una manera tan excitante fue lo único que necesite para complacerlo.
