La tercera ola supuso el movimiento de la liberación de la mujer y transcurre desde los años 60 hasta los 80 del siglo XX. Así como la segunda ola se centraba en la superación de obstáculos legales (sufragio universal verdadero) y la igualdad de derechos básicos (derechos de propiedad, trabajo...) La tercera puso el foco en la libertad de la mujer. La desigualdad laboral, la sexualidad, la familia y los derechos de reproducción. La lucha por los derechos civiles que inundó América del norte durante este periodo de tiempo también influyó en la lucha feminista.
Antes de esta ola, casarse era la máxima aspiración para una mujer. El matrimonio era el éxito y la meta tener hijos y formar una familia. La mujer no podía tener aspiraciones laborales. La apariencia de la mujer era competitiva consigo misma, siempre descontenta con su imagen buscando la perfección. El control de la natalidad era inexistente. El maltrato y la violación eran aceptados socialmente y se mantenían en secreto. La menstruación y el sexo eran temas tabú.
A finales de los años 50, Simone de Beauvoir publica El Segundo Sexo donde postula la desigualdad de la mujer en la sociedad patriarcal y la necesidad de despertar de esa mordaza impuesta por el hombre. Las mujeres, iniciaron movimientos por la lucha de igualdad de derechos en estudios y estatus laboral. Una década más tarde, se legalizaron las píldoras contraceptivas, pero no es hasta la publicación de Betty Friedan de la Mística de la Feminidad cuando el debate sobre la maternidad, la familia, el cuidado infantil y el despido improcedente llevan el movimiento a las calles. La misma autora, y otras veintiocho mujeres, fundaron la National Organization For Women (NOW) como organización pro derechos civiles de la mujer. Y a finales de los 60, grupos de liberación de la mujer aparecieron por todo el país, reuniéndose y manifestándose.
Estas mujeres lideraron una liberación interseccionalidad feminista y toda esa energía reprimida durante más de 40 años, explotó y la rabia, el enojo y la curiosidad hizo que las mujeres se reunieron en las principales ciudades (Boston, Chicago, Nueva York, Atlanta, California...) y expusieron sus problemas del día a día; comprobaron que los problemas personales que les pasaban (y de los cuales creían que eran culpables) les pasaban a más mujeres y que la culpa era del hombre, las instituciones y la sociedad. Su rol era inferior. Y de estas reuniones se estableció la base de la corriente del feminismo radical.
Durante la tercera ola, mujeres que lideraron una liberación feminista eran vistas por sus coetáneos (tanto hombres y mujeres) que no reconocían la necesidad de la liberación de la mujer en la historia de la humanidad como locas o incluso desagradecidas. Toda esa energía reprimida durante más de 40 años, explotó La rabia, el enojo y la curiosidad hizo que las mujeres se reunieron en las principales ciudades (Boston, Chicago, Atlanta, California...) y expusieron sus problemas del día a día. Comprobaron que lo personal era político. Los problemas que veían que les pasaba a una mujer del grupo y que creía que era probablemente culpa suya, les pasaban a otras mujeres. Dejaron de ver que no eran problemas personales, eran problemas sociales. Identificando como enemigo común a la sociedad que el hombre había construído para ellos y en la que el rol de las mujeres era inferior al del hombre. Acuñando así la terminología del Patriarcado y estableciendo la base para el feminismo radical.
Las mujeres que habían tenido la iniciativa del movimiento feminista habían cursado estudios superiores y la evidencia de que se necesitaba un movimiento por y para la mujer era que en sus estudios no había presencia de la mujer. No sabían nada de la mujer (ni historia ni evolución ni salud). Ya que los principales educadores eran hombres y porque el material de estudio y los libros no incluían a las mujeres (avances, escritos y descubrimientos) tan solo los papeles masculinos.
El feminismo comenzó a ser una lucha contra la cultura, las instituciones y las tradiciones. Un ejemplo de ello era el concurso Miss America. Una competición racista donde la sexualización de la mujer era la máxima. Las protestas a la puerta del certamen y la quema de sujetadores dieron visualización. Culminando con el despliegue de una pancarta en el interior: Women's Liberation Movement. Por primera vez ese mensaje llegaba a todo el país a través de la televisión nacional.
¡Mujeres, usen sus cerebros no sus cuerpos!
La mujer no es un trozo de carne.
La mujer es una empleada del hogar gratuita para el hombre gracias al matrimonio.
No cocines, que su machismo le mate de hambre.
Pero aunque consiguieron repercusión mediática, la gente no tomaba en serio el movimiento ni el gobierno toleraba insubordinaciones e interrupciones en juicios e instituciones. Usaron consignas para desmontar el paradigma de la mujer en la sociedad y en relación al hombre. Poco a poco más mujeres se unían al movimiento y se informaban. La organización fue cobrando fuerza y las conferencias recorrieron todo el país. Gracias a autoras como Kate Millett o Germaine Greer, que pusieron el foco de atención de la lucha en la sororidad y la hermandad como único vehículo para liberarse de las cadenas.
Por ello, la quema multitudinaria de títulos universitarios supuso un acto de rebeldía contra un sistema educativo obsoleto y patriarcal. Uno de los principales pilares por lo que la sociedad patriarcal se sustenta es por la abolición de los descubrimientos e influencias de mujeres a lo largo de la historia. Desde científicas hasta autoras; eliminandolas de los libros de la historia las eliminan de la memoria colectiva de la sociedad. Haciendo creer así a las generaciones futuras que no hubo antecesoras con las mismas habilidades que un hombre y anulándolas.
Las feministas radicales fueron las primeras en exponer que la necesidad emocional y sexual de las mujeres debería ser igual de importante que la de los hombres. Y en 1969 un grupo de mujeres frustradas por la ignorancia hacia sus propios cuerpos, comenzó a organizar reuniones, conferencias e investigaciones. Boston Women's Health Book Collective puso en manifiesto el control de la natalidad y la falta de información sobre salud femenina. Escribieron un libro recopilatorio de sus charlas sobre sexualidad, salud femenina, masturbación...Our Bodies, Our Selves.
Durante la tercera ola del feminismo en América, muchas mujeres defendieron el derecho fundamental de controlar sus propios cuerpos y de decidir sobre sus propias vidas, acudían a las reuniones para obtener información sobre el cuidado de los hijos, la salud femenina y el aborto.
La natalidad suponía un problema para la mujer. En primer lugar el cuidado de los niños se había relegado a las madres, de modo que para conseguir una emancipación del hombre, también debían de conseguirlo de los hijos. Y el segundo problema, el aborto. Prohibido, se hacía de manera ilegal y sin control, la mayoría de las mujeres moría en el procedimiento. Por lo que el movimiento organizó un plan de acción al margen de la ley mediante un número de teléfono al que las mujeres llamaban preguntando por Jane. Se les indicaba una dirección de una casa con un médico especializado que les practicara un aborto seguro. Las casas iban rotando por seguridad y poco a poco la especialización se extendió entre el movimiento.
En este movimiento también había distintos grados de desventaja y opresión entre mujeres. Las mujeres de color o las lesbianas sufrían otros grados de opresión por la sociedad a parte de por su género. Conforme nuevas ramas se iban organizando a raíz del movimiento de liberación, las subdivisiones se multiplicaban.
No seré libre mientras que no lo sea cualquier mujer, incluso si sus grilletes son muy diferentes a los míos.
AUDRE LORDE
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BEBER VINAGRE: manual sobre feminismo
Non-FictionEscribí este manual de feminismo (incluye vocabulario, historia, resumen de libros feministas y ensayo) a modo de estudio, aprendizaje y deconstrucción personal. Ánimo a todes a leerlo y cuestionarse tanto del mundo como yo. ¡Gracias por leerlo y...