LA CUARTA OLA

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Teníamos dos opciones, estar calladas y morir, o hablar y morir. Decidimos hablar.

MALALA YOUSAFZAI

En la década de los ochenta apareció una formación conservadora reactiva que intentó relegar al movimiento feminista. Mientras que en algunos países se intentó crear organismos de igualdad para que construyeran un modelo femenino conservador, en otros, por su muy distinto signo político, el pequeño feminismo presente en los poderes públicos reclamó la visibilidad mediante el sistema de cuotas y la paridad por medio de la discriminación positiva. Siguió patente que el poder, autoridad y prestigio seguía en manos masculinas, existía un "techo de cristal" en todas las escalas jerárquicas y organizacionales, por lo que el tema de la visibilidad se convirtió en objetivo y el sistema de cuotas fue la herramienta que permitía a las mujeres asegurar presencia y visibilidad en todos los tramos en lo público.

Fueron apareciendo multitud de grupos pequeños e informales en los que las mujeres se reunían, intercambiaban experiencias, promovían la auto concienciación, etc. En los últimos años muchos de estos grupos se han ido transformando en asociaciones que ofrecen apoyo a las mujeres, muchas veces con programas subvencionados por organismos estatales. Otro fenómeno que se ha dado es la realización de estudios sobre la problemática de las mujeres dentro de las universidades.

En España, la tercera ola feminista no tuvo cabida por el franquismo. Sin embargo, con el inicio de la democracia. La censura había aplacado todo tipo de auge cultural. Y con la apertura al resto del mundo al acabar el fascismo, el país expandió sus fronteras y pensamientos. Aún a regañadientes y con miedo, la cultura feminista entró principalmente a través de las corrientes musicales (Inglaterra con el punk y en Madrid con el nacimiento de la Movida) y el cine americano.

La cuarta ola del feminismo empieza en la década de los noventa y va hasta la actualidad. El debate se expande gracias en gran parte al ciberactivismo. Internet hace de enlace comunicador entre distintos grupos de mujeres y hombres que buscan lo mismo, generando una ola a nivel mundial como nunca antes y en la que esta vez, las mujeres no son el único colectivo que lucha.

Solo sé que la gente me llama feminista siempre que expreso sentimientos que me diferencian de un felpudo.

REBECCA WEST

Nacen nuevas ramas más especializadas y aumentan los estudios feministas entre la población más joven. Transfeminismo, feminismo radical, afrofeminismo, y el feminismo de clase son algunas de estas nuevas nomenclaturas interseccionales del feminismo contemporáneo. La movilización hace que la sociedad machista por naturaleza ponga el objetivo en todo aquello que oprime a la mujer y también al hombre. El foco de atención se desvía hacia la opresión que el patriarcado ejerce sobre ambos sexos por las distinciones de género. Entran en juego otros colectivos que también han sido oprimidos a lo largo de la historia y el feminismo se hace más interseccional que nunca, incluyendo también a las razas y orientaciones sexuales que se salgan de lo blanco heteronormativo.

MOVIMIENTO ME TOO

El momento de inflexión en esta cuarta ola, viene dado por el movimiento Me Too. Que nace tras las acusaciones a Harvey Weinstein de agresiones sexuales, violaciones y abusos de poder durante décadas en Hollywood. Las actrices alzaron la voz y el efecto dominó hizo que por todo el mundo, todas las víctimas de machismo dieran el paso de contar sus experiencias. Especialmente en el campo del cine y la televisión. Los actos de denuncia social inundaron los medios; desde las entregas de premios a los videos musicales. La cultura pop hizo eco de esta realidad que al fin salió a la luz.

EL CASO DE LOS SAN FERMINES

En España, el auge de la denominada cuarta ola (que ya empieza en los 2000 gracias a cantantes abanderadas de la lucha contra la violencia de género, como Bebe o el grupo Amaral) se expande a escala nacional e interseccional tras el caso de la Manada. Una violación grupal durante la celebración de los San Fermines.

El caso despertó la conciencia social de las nuevas generaciones, y acercó el problema de género a las mujeres jóvenes que ya empezaban a luchar por la liberación de su cuerpo y el consentimiento sexual.

BEBER VINAGRE: manual sobre feminismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora