FEMINIDAD

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CAMBIO CULTURAL

Dentro de esta cuarta ola feminista, tiene un gran peso la cultura. El cine principalmente (quizás por el hecho de que la primera pieza de dominó que encabezó esta ola comenzó en la meca del cine.

El movimiento feminista declara que la representación que se ha hecho durante siglos de la mujeres en los medios, no es realista de ningún modo. La representación entra aún más en cuestión de veracidad y autenticidad si se trata de mujeres negra, latinas, asiáticas o LGTB. Encasillándolas no solo en el papel de ayudante del héroe (protagonista masculino) o pareja romántica del mismo; si no también de amiga de, señora cómica u objeto sexual.

De modo que se diseñaron unos test que las películas debían de superar para considerarse feministas o no:

El test de Bechdel: dos o más mujeres mantienen una conversación sobre algo que no tenga que ver con un hombre.

El test de Mako Mori: al menos un personaje femenino con su propio arco narrativo en el que no hace se soporte a un hombre.

El test de la Lámpara Sexy (Sexy Lamp): un personaje femenino que si es eliminado de la trama de la película, ésta deja de tener sentido porque se destruye la trama.

El test Anti-Congelante (Anti-Freeze): ninguna mujer es asaltada, acosada, agredida, herida o asesinada para avanzar en la trama de la historia o en la de otro personaje.

El test de la Fuerza Relativa: mujeres complejas definidas por una sólida caracterización en lugar de un puñado de estereotipos masculinos subdesarrollados.

El test DuVernay: dos personajes de color que no estén conectados románticamente y con diálogo que no tenga que ver con un personaje blanco. Y ninguno es un personaje mágico.

No se nace mujer; se llega a serlo.

SIMONE DE BEAUVOIR

EL ODIO A LO FEMENINO

Odiaba el color rosa, los vestidos y el maquillaje durante más de una década y acabo de darme cuenta de que en mi intento de ser diferente en comparación con otras chicas, intenté ser más similar a los hombres y a lo que pensé que les gustaba. En mi intento de ser tan buena como los hombres he descuidado muchas cosas femeninas acerca de mí misma y he creado mi masculinidad para parecerme a la masculinidad que vi en otros.

Porque he creído inconscientemente que la feminidad (o al menos cosas que la sociedad ha considerado femeninas) me hace parecer más débil y delicada.

La feminidad es el arte de ser servil. Podemos llamarlo seducción y hacer de ello un asunto de glamour. Pero en pocos casos se trata de un deporte de alto nivel. En general, se trata simplemente de acostumbrarse a comportarse como alguien inferior.

VIRGINIE DESPENTES

Los hombres no toman en serio la feminidad, porque no pueden sentirse identificados con ella, y desde la infancia se les enseña que la masculinidad es lo que hace que ganen el respeto de los demás. Así que aquí estoy, bebiendo cerveza en lugar de deliciosos cócteles más dulces (y con sombrillita) porque un whiskey seco te hace parecer dura.

Mentir sobre llorar durante las películas y odiar las películas de Nicholas Sparks (aunque no me importaría que me besara en la lluvia mi amor de la infancia). Escuchando música de rap, pero en secreto baladas clásicas. Básicamente tratando de ser uno de los chicos.

Y no debería oprimir partes importantes de mí misma en mi pésimo intento. Me avergüenzo por hablar de la feminidad y fingir mi masculinidad al apoyar básicamente las malas actitudes hacia las mujeres, y la vergüenza en la sociedad por hacerme creer que tengo que hacerlo para ser diferente y mejor que otras mujeres. Es más, vergüenza me da las limitaciones sociales de masculinidad y feminidad.

Lo que conocemos como femenino en el patriarcado , no sería lo que las mujeres son o han sido, sino lo que los hombres han construido para ellas.

LUCE IRIGARAY

La masculinidad frágil y tóxica que rige el comportamiento masculino actual es vista como la única posible en un hombre. Obligándoles a ser fuertes, reniegan de la feminidad y de su parte femenina en pos de una virilidad que les haga ser superior a cualquiera. La dualidad de género patriarcal que hace clasificar a cada persona en femenina o masculina hace que el hombre no pueda llevar prendas de color rosa o vestido y falda ni maquillarse porque le haría femenino. Y aceptar la feminidad en un hombre le exonera de ser masculino. Asemejándose a la feminidad de la mujer y por tanto denigrante para la masculinidad tóxica cishetero que rige la sociedad actual. La ciencia ha demostrado que un individuo tiene ambas partes en porcentajes variados. Aceptar la parte femenina de un hombre aún es una quimera. Y el lado masculino en las mujeres es visto como un rasgo de lesbianismo.

MASCULINIDAD TÓXICA

La masculinidad frágil y tóxica que rige el comportamiento masculino actual es vista como la única posible en un hombre. Obligándoles a ser fuertes, reniegan de la feminidad y de su parte femenina en pos de una virilidad que les haga ser superior a cualquiera.

BEBER VINAGRE: manual sobre feminismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora