Capítulo 1: La discusión // Parte 2

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Es imposible negar que, si alguien hubiese podido siquiera pensar en que Henry y Sarah, conocidos por todos como la pareja más empalagosa del instituto, habían tenido una fuerte discusión la misma noche en la que ella había aparecido desmantelada por completo en un sucio callejón, nadie podría haberlo creído.

Sarah Myers era una escritora aficionada a la que siempre podías ver con un libro en la mano o con un bolígrafo y una libreta escribiendo. Siempre se presentaba a cada concurso de literatura que se organizaba en Pales. Había llegado a dar incluso charlas hablando sobre escritores o recitando poesía. No contaba con la simpatía de muchas de las "chicas populares" del instituto, quienes solían meterse con ella siempre que podían. Todas a excepción de una: Tina Collins, la mejor amiga de Sarah desde la infancia y una de las animadoras más solicitadas del equipo. Sí, como estarás pensando, ella también se llevaba las burlas de las otras miembros por el hecho de ser amiga de Sarah, pero a ella le importaba una mierda la reputación. Su amiga estaba antes que cualquier alta posición en la jerarquía estudiantil.

Volviendo a Sarah, hay que mencionar que la gran mayoría de insultos a su persona disminuyeron por completo cuando comenzó a salir con Henry Williams, el chico nuevo, el cual, desde el primer momento, se había posicionado en el puesto superior del ranking de los chicos más atractivos del instituto; aunque, al igual que a Tina y a Sarah, se la sudaba por completo la jerarquía; fue invitado a unirse al equipo de fútbol, pero lo rechazó. No le gustaba complicarse la vida, prefería ir a su bola y el rechazo fue una verdadera pena para el entrenador Kensin, quien había visto en Henry un potencial quarterback.

Pues bien, este chico tan perfecto había acabado siendo el novio de la friki de la escritura, la rata de biblioteca, y eso provocó que las demás chicas dejasen de insultarla, pero sí que guardasen un fuerte rencor hacia ella. Si esto fuese una novela de romance adolescente, esta situación sería la meca del estereotipo. Pero en esta historia no habría un final feliz para aquella tierna y empalagosa pareja.

Cesta de margaritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora