Capitulo 1. Anhelos

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Había pasado tiempo desde que Piyomon y los demás compañeros digimon se habían ido. Teníamos que aceptar que ya éramos adultos y que ellos dejarían de estar con nosotros.

Los demás chicos retomaron sus vidas universitarias.

Mimí se la pasaba viajando por el mundo en la búsqueda de objetos que ella consideraba lindos o tiernas, había solidificado una tienda en línea para ofrecer sus productos, además era una influencer que documentaba a sus seguidores su viajes, y les enseñaba a cocinar comida internacional, se había convertido en una excelente cocinera, le iba muy bien.

Tenía una relación con Koshiro, solo que era una relación a distancia.

Koshiro se había graduado en ingeniería, y continuaba manejando su compañía, que era reconocida mundialmente, ellos se encargaban de proveer la tecnología necesaria a todos los elegidos del mundo, y también prestaba sus servicios tecnológicos a otras empresas en Japón. Su vida y la de Mimí eran muy ocupadas, por eso tenían ese tipo de relación, cuando ella volvía a Japón, aprovechaban el tiempo que Mimí estuviera aquí para pasarla juntos.

Joe se había graduado de médico y estaba tomando una especialidad en neurología y también junto a sus hermanos estaban tratando de crear una nueva especialidad sobre medicina-digimon.

Hikari continuaba realizando sus prácticas como Educadora, estaba a punto de graduarse, le fascinaban los niños. Tenía poco que ella y Takeru habían formalizado su relación, esa que todos estos años habían negado.

Takeru estaba por concluir su licenciatura en Literatura, había creado un círculo de lectura para niños. Sus sueños de ser novelista estaban más cerca, ya que había anunciado que pronto publicaría su primera novela.

Taichi se había graduado en economía política y ahora estaba tomando una maestría en relaciones internacionales, vivía solo en Tokio desde hace unos años. Había conseguido un empleo en el gobierno y con ayuda de ellos se había comprado un departamento. Era el único al cual aún continuaba visitando.

Y Yamato...

Yamato concluyó su carrera en ciencia y tecnología. Estaba dispuesto a superarse y llegar a ser un gran astronauta así que decidió estudiar una segunda carrera en Ingeniería aeroespacial. Su antigua escuela le había apoyado para poder conseguir una beca en la universidad de Stanford en Estados Unidos.

Yamato y yo tuvimos una relación en la secundaria, que terminó por malos entendidos.

Después al cursar la preparatoria volvimos a retomarla y como ya éramos más "grandes", la relación se formalizó un poco, terminamos la universidad y seguíamos siendo pareja.

Después de un tiempo cuando él me confirmó que uno de sus planes era estudiar en Estados Unidos me dio mucha tristeza, no lo vería más. Estuve tentada a decirle que no se fuera, que yo lo necesitaba conmigo. Pero también comprendí que ese era un sueño que él tenía y que si lo amaba debería apoyarlo.

Lo ayudé en cuanto pude, estuve repasando con él cuando tenía que estudiar para la prueba que le pondrían en la universidad local y después de unos meses cuando llegó su carta de aceptación festejamos juntos. La mala noticia es que se iría en una semana y no volvería hasta después de 5 años.

La penúltima noche de su estadía en Japón la pasamos juntos, me quedé a dormir en el departamento que tenía (y en el cual a diario me pedía que viviera con él) y después de la cena, le dije que él era libre en Estados Unidos, que yo daba por terminada nuestra relación por si él conocía a alguien allá.

No quería aceptarlo. Él me juró que siempre estaría conmigo, que aprendiera de la relación que tenían Koshiro y Mimi. Yo me negué, le dije que si él encontraba el amor de aquel lado del continente, yo lo iba a respetar. Muy a regañadientes aceptó prometiendo que regresaría para pasar una vida a mi lado.

Esa noche no dormimos, nos entregamos el uno al otro en varias ocasiones sin dejar de repetirnos cuanto nos amábamos y que siempre estaríamos juntos.

El día de su partida Taichi, Hikari, Takeru, sus papás y yo lo acompañamos al aeropuerto. Entre risas y bromas de Taichi y Takeru, su mamá rompió en llanto, él la abrazó y le dio un beso amoroso en la mejilla diciéndole que la llamaría todos los días. El señor Ishida también lo abrazó, lo mismo que los demás. La última en despedirse fui yo, le di un beso en la mejilla, pero él me tomó el rostro y me dio un largo beso en los labios, que fue interrumpido por la operadora anunciando que la sala de abordar se encontraba lista y que deberían hacer su registro.

Me dio un último abrazo y tomó su maleta, haciendo un gesto con la mano izquierda nos dijo adiós y se perdió entre la gente que también iba a la sala de abordar.

Takeru abrazó a su mamá mientras ella lloraba silenciosamente, el padre se unió a ese abrazo.

Las lágrimas que tenía guardadas comenzaron a resbalar por mis mejillas, lo iba a extrañar muchísimo, pero sabía que estaría bien.

Taichi me abrazó por los hombros, dándome un apretón.

Me limpie las lágrimas y le dediqué una sonrisa. Nos despedimos de los señores y de Takeru, mientras volvía a casa con Taichi y Hikari.

De eso habían pasado 4 años.

Yo me gradué de la licenciatura en economía doméstica en la universidad para mujeres de Kamakura, no era una carrera que hubiese querido estudiar, pero mamá decía que era la mejor opción. Obtuve un pequeño trabajo ahí mismo como tutora de estudiantes extranjeros, que después de un tiempo dejé y ahora continúo ayudando a mamá en la academia de arreglos florales. No es algo que sea de mi total agrado, pero debía continuar con la tradición familiar.

Mi padre sugirió que estudiara en la universidad donde él trabaja como profesor, la universidad de Kioto, pero mi mamá se opuso rotundamente.

A escondidas de ella estuve buscando información sobre escuelas que imparten la carrera de diseño de modas, era algo que siempre quise aprender y quedé fascinada cuando en una ocasión acompañé a una amiga a un evento de modas mientras estudiaba economía.

Era tanto mi gusto por el diseño que había estado estudiando por mi cuenta con videos de internet, aunque no era lo mismo.

En una de las visitas que tenía con papá le comenté mi deseo de entrar a la Bunka Fashion College, una prestigiosa escuela de modas. Él me apoyó desde el inicio y me prometió buscar algún tipo de beca, ya que siendo una de las mejores escuelas de moda de Japón también era muy costosa.

Todo esto era algo que manteníamos en secreto mi papá y yo a escondidas de mamá.

Mientras esperaba la fecha para presentar el examen de admisión, ahorraba todo el dinero que podía, del sueldo que me daba mamá por apoyarle en la academia.

Solamente mi papá, Taichi y Yamato sabían de mi deseo por el diseño de modas y de los planes que tenía.

Yamato y yo poco a poco habíamos perdido la comunicación, el primer año nos hablábamos casi a diario, hacíamos video llamadas por las tardes (madrugadas en Estados Unidos). Después del segundo año se hicieron muy ocasionales y a partir del tercero ya no las hubo, a excepción de fechas importantes como cumpleaños o navidades.

Su carrera era muy demandante y además había conseguido empleo allá, así que su tiempo libre quedaba reducido, solo nos escribíamos cuando teníamos buenas noticias.

Él estaba muy contento que pudiera seguir mi sueño.


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