Capítulo 1

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Desde que me convertí en el alfa de la manada tras la "dimisión" de Sam, me di cuenta de lo solo que me encontraba, todos tenían su impronta, el último en encontrarla había sido Embry, con una chica llama Leyla, estaba encantado con ella, y me alegraba, pero era el único solo. Y desde que Bella tuvo que abandonar Forks por haber pasado demasiado tiempo sin envejecer, los Cullen se fueron a Londres, y Seth con ellos, nada haría que se separase de su impronta Nessie.

Sam había renunciado para envejecer junto a Emily, que estaba embarazada de su primer hijo, era normal, se casaron una semana después de la casi pelea con los Vulturi, y ahora, tres meses después, Sam controlaba a su lobo a la perfección. Y yo había adoptado el papel de alfa total de ambas manadas, aunque solo había una, y no sabía que, como alfa, tenía que ir a las aburridas reuniones del Consejo, pude eludir perfectamente las primeras reuniones, pero mi padre me había "pedido" que fuera si o si a la de ese día, por lo que no pude negarme. Y aquí estaba, sentado en mitad de una sala y rodeado de los ancianos más influyentes de la Reserva, mi padre, Quil Senior, Sue Clearwater y Nona Aneha.

Estaban hablando de cosas aburridas sobre los víveres para la manada y cosas así, cuando mi lobo me dijo "¡Atento!" y no supe a que se refería hasta que olí el mejor aroma del universo, era una mezcla de bosque, mar y limón, demasiado embriagador, mi lobo estaba en el séptimo cielo, y no lo entendí hasta que entró a la sala una muchacha preciosa, pequeña, morena y adorable. No supe que pasó, pero todos se quedaron mirándome fijamente y ella se sonrojó haciendo que mi lobo estuviese a punto de ronronear.

—Mía. —Susurré mirándola fijamente, ella se quedó observándome y luego miró a Nana, su abuela.

—Jacob, no, por favor. —Susurró Nona mientras agarraba la mano de su nieta, de mi chica, porque ya la consideraba mía.

—Nona, es la ley. —Dijo mi padre con una sonrisa enorme, pero solo la intuí, yo seguía observando a mi chica, que tenía una cara de confusión adorable. —Nala, espera fuera a tu abuela, hay asuntos que atender.

Nala, se llamaba Nala, ese nombre era Quileute, significaba hermosa o linda, y si, estuve de acuerdo, era perfecta, perfecta para mí. Nala salió de la sala y Nona empezó a llorar, papá suspiró y Sue y Quil observaban tranquilamente, yo solo sabía que ella era mía, no entendía a Nona.

—Jacob, no te la lleves. —Susurró Nona entre lágrimas, pero al ver mi cara de confusión, mi padre se metió en la conversación.

—Jake, hijo, cuando un alfa encuentra su impronta, esta debe irse a vivir con él para que este la proteja y ella lo conozca. —Dijo papá con una sonrisa, así que me había imprimado, solo sabía que ella era mía. —Sam se imprimó y por eso Emily se fue a vivir con él.

—¡Pero Emily y Sam eran mayores de edad! Mi pequeña solo tiene 16... Y Jacob casi 19. —Exclamó Nona con furia.

—La ley es la ley. —Dijo papá sin alterar la voz. —Votemos, si quieres.

—No es necesario. —Dijo Quil Senior. —Respeta las Normas Quileutes.

Después de hablar, Nala entró y Nona la hizo acercarse a mí, pero pude ver en la mirada de impronta, que me tenía miedo y eso le dolió a mi lobo, sé que soy enorme, dos metros de alto y demasiado forzudo para mi gusto.

La imprimación del Alpha  |JACOB BLACK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora