Capítulo 26

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Al llegar al centro comercial, mi lobo se puso alerta, estaba todo lleno de personas y no sabía quien podría atacar, estaba de los nervios, pero notar a Nala dándome de la mano y paseando junto a mi, me tranquilizaba enormemente.

—¡Nala! —Exclamó alguien detrás de nosotros, y al girarnos vi a un imbécil corriendo hacia nosotros, era alto, no tanto como yo, ojos azules, y sonreía a mi chica dándome ganas de romperle la nariz.

—Hola Drew. —Saludó Nala con una sonrisa. —¿Cómo estás?

—Muy bien, aunque eso debería preguntártelo a ti. —Dijo Drew con una sonrisa. —Se supone que no vienes a clase porque estás enferma, pero aquí estás, paseando con tu... ¿Hermano?

Gruñí sin pensar y abracé posesivamente la cintura de mi impronta, Drew se dio cuenta y retrocedió un paso cauteloso, bien, ya lo había asustado.

—Es mi novio. —Dijo Nala tranquilizándome. —Jacob, este es un compañero de clase, Drew, este es mi novio.

—Encantado. —Dijo Drew alargando su mano hacia mí, y mi lobo pensó seriamente arrancársela, pero simplemente la acepté y noté que apretaba levemente, ¡imbécil! Como intentaba ponerme a prueba, yo también apreté mi agarre un poco más y pude verlo poner una casi imperceptible mueca de dolor.

- Igualmente – Contesté al soltar su mano, y sonreí de lado, victorioso.

Nala y Drew siguieron hablando de profesores y compañeros hasta que Drew se fue con unos amigos, así que Nala y yo seguimos caminando hasta que mi chica paró y me miró con una ceja enarcada.

- ¿Qué fue eso? – Preguntó divertida, yo hice que no me di cuenta, y entre risas, Nala habló – Ese apretón para ver quien la tenía más grande o quien meaba más lejos.

- No sé de que me hablas – Dije con una sonrisa, y la llevé por el centro comercial para cambiar de tema, y conseguí hacerla cambiar de tema, pero me llevó de tienda en tienda.

Y después de tres horas, llevaba un montón de bolsas de toda la ropa que se había comprado, las metí en el maletero y volví a la puerta del centro comercial, donde vi a Nala con otra bolsa, pero esta era rosa.

- ¿Más bolsas? – Pregunté divertido, pero Nala se sonrojó y bajó la mirada – ¿Qué pasa?

- Nada, ¿vamos a comer? – Preguntó con una sonrisa, y se me olvidó todo lo demás, ahora era un lobo hambriento.

Estábamos sentados en la terraza de una hamburguesería, Nala estaba sonriendo mientras me observaba comer mi quinta hamburguesa, estábamos pasando un buen momento, tranquilo y de una pareja normal, hablando de todo y riéndonos, pero un aroma llegó hacia donde estábamos.

- Vampiro – Gruñí, cogí la mano de Nala y la arrastré fuera del centro comercial, sabía perfectamente de quien era ese aroma, la sanguijuela de Jack.

Quien estaba detrás de nosotros con una sonrisa dedicada hacia mi chica.

La imprimación del Alpha  |JACOB BLACK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora