La imprimación del Alpha |JACOB BLACK|

Capítulo 25

Nala estaba sentada en una gran roca plana, en mitad del claro observando como mi manada entrenaba, estaba preparando todo para atacar al aquelarre de vampiros, había tomado la decisión de coger el toro por los cuernos e ir a por los vampiros antes de que ellos viniesen a por mi pequeña impronta. Cuando tumbé de espaldas a Paul por tercera vez seguida, Nala aplaudió desde la roca, a su lado, Rachel fruncía el ceño, estaban un poco picadas, porque cada vez que Paul o yo ganábamos, ellas restregaban la victoria a la otra, aunque que yo ganara casi siempre no significaba nada.

Baja el ego, alfa. —Gruñó Paul intentando levantarse, yo salté hacia atrás y solté una carcajada lobuna.

—¡Qué bien, lobito! —Exclamó Nala con una sonrisa dirigida enteramente hacia mí, y mientras la observaba, Paul me tumbó cuando estaba distraído.

—¡Ese es mi lobo! —Exclamó a su vez Rachel sonriendo con orgullo.

Bueno, basta. —Dije, después puse a todos por parejas para pelear entre ellos, Quil contra Embry, Paul contra Jared, Leah contra Brady, y yo decidí luchar con Collin porque era el más pequeño y el más inexperto de todos.

Después de unas horas, vi que las improntas ya estaban cansadas, así que di por terminado el entrenamiento y fui hacia Nala, que me observaba con una sonrisa, se bajó de la roca y se despidió de todas sus amigas con la mano, se acercó a mí y me acarició el hocico.

—Eres muy lindo como lobo. —Susurró con una sonrisa y siguió acariciando mi hocico, luego subió sus manitas y comenzó a acariciar la parte alta de mi cabeza, lamí su cara y Nala se rio alejándose de mí.

—¡Iugh! Qué asco, babas de chucho. —Exclamó limpiándose las babas de su cara, me reí como pude y me acerqué de nuevo para meter la cabeza entre sus piernas, la alcé y su cara se enterró en el pelaje de mi espalda. —¡Jacob!

Comencé a correr por el bosque hasta que llegamos a casa, volví a bajar la cabeza y dejé a Nala en el suelo, fui al límite del bosque que da a mi casa, cojo uno de los vaqueros que tengo ahí para emergencias y vuelvo a la cabaña para ver a Nala sentada en el porche.

—Jake, eres un lobo malo. —Dijo fingiendo un cabreo, no me pudo resultar más adorable y me puse en posición de acecho, mi pequeña presa me miró con sorpresa y dio un grito antes de salir corriendo alrededor de la cabaña.

—¿Dónde estará mi preciosa impronta? —Pregunté demasiado alto para que Nala pudiese escucharme, la escuché reírse desde detrás de la madera cortada, sonreí y me moví con sigilo. Aparecí por detrás de ella, estaba agachada mirando por el otro lado esperando verme, y no pude evitar acercarme lentamente y cogerla de la cintura, se asustó, pero al girarla para que me viera, se lanzó a mis labios y comenzó a besarme con fiereza, y eso a mí lobo lo volvía loco.

—Por cierto, he ganado. —Susurré con una sonrisa egocéntrica, Nala me abrazó con cuidado y abrazó mi cintura con sus piernas, la levanté y caminé dentro de casa.

—Jake, ¿podemos hacer algo fuera de la cabaña? —Preguntó Nala mirándome con un pequeño puchero, el cual besé y me quedé pensando en los peligros que habría.

—¿Y dónde te gustaría ir? —Pregunté con cautela.

—Al centro comercial, necesito ropa. —Dijo con una sonrisa esperanzadora, y no pude evitar negarme, así que asentí y después de vestirme, fuimos al coche para pasar la tarde en el centro comercial, estupendo.