VIII. Noche buena, navidad, año nuevo y los días de en medio (segunda parte)

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27 de Diciembre de 2014

No hay nada interesante para contar sobre este día. Hacia mucho frío y por un momento me sentí como si estuviera en el otro hemisferio, teniendo la ilusión de que empezara a nevar.

Después recordé que era imposible y lo acepte. No puedo describir cuantas horas me habré pasado mirando el techo de mi habitación o escuchando música. Creí que iba a hacerlo por el resto de la vida. 

Elimine mi cuenta de Facebook y Whatsapp para ahorrarme mis lágrimas cuando llegara a ver los comentarios de los demás sobre mi estúpida vida sin sentido. Nadie podría encontrarme ni hablarme jamas. 

28 de Diciembre de 2014

Salio el sol y como odie aquel amanecer. Era tan hermoso que me daba rabia sentirme como una niña perdida en la realidad. 

Por un momento quise buscar razones para levantarme de la cama pero me rendí fácilmente. 
Hasta que pensé en mi hermanito y entonces fui a su habitación.

Cuando llegue, no podía creerlo.

—¡Mama! ¡Ciro desapareció!

El no estaba y mi peor miedo era que algo le pasara allá afuera. ¿Y si el se fue de casa hace un par de días y yo no me di cuenta? ¿Y si pierdo a mi hermano solo por mi egoísmo? No soy la única persona que la esta pasando mal. 

—¿Estas bien, mama?

—Si —intento dibujar una sonrisa en su rostro que no me convencía. Era obvio que estaba muy mal—. Mejor salgamos a buscarlo.

Nos dividimos. Mama saldría a buscarlo en casa de sus amigos y la poca familia que tenemos en la ciudad. Yo lo buscaría por los lugares que solíamos recorrer, como la plaza, la heladería, la hamburguesería. 

Había llevado una foto suya conmigo para mostrárselo a las personas pero nadie me decía nada. Incluso hay gente que me ignoraba. ¿En serio? Esto es grave, se trata de la vida de mi hermano y ellos siguen como si nada. 

Pero finalmente la tranquilidad volvió hacia mi cuando lo vi sentado en el restaurante donde fuimos con papa hace unos años. 

—¡Ciro! Al fin te encuentro —exclame, entre sollozos. Luego lo abrace—. ¡No vuelvas a hacernos esto, pequeño travieso!

—Solo quería buscar a papa. Lo extraño. 

Intente ser fuerte para que el no me viera llorar. No iba a romper sus ilusiones de que volviera. Todavía es muy pequeño como para entenderlo.

—Hey, te traje tu sándwich. Tal como me lo pediste. 

Me voltee a ver aquel extraño cuando por un momento me olvide de los demás. No podía creer lo lindo que era ese chico. Era de mi misma estatura, cabello castaño, ojos verdes. Y su voz era tan dulce como una melodía de una canción romántica. 

Pero su sonrisa me estaba derritiendo y yo me quede como una tonta si poder decir siquiera una palabra.

—¿Eres su hermana, cierto?

Oh, me esta hablando. Moriré. Ya no te quedes ahí y respóndele. No quieras parecer rara ante el.

—Si, soy Lana la hermana de Ciro. 

—Fede —susurro, mientras me sonreía.

Debe dejar de hacerlo, voy a desmayarme de la emoción. 

—Hermana, ya le conté que estas buscando novio y le pase tu numero...

—¿Que? —abrí los ojos como dos platos mientras levantaba la voz—. Ciro, te voy a matar.

Forever AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora