Tenzin

905 53 5
                                        

Pasaron algunos meses antes de saber de mi tercer embarazo. Yo estaba muy nerviosa, aún no le daba a Aang un maestro aire. Él siempre me decía que eso era lo de menos pero yo sabía perfectamente que él ansiaba a su hijo maestro aire.

En una de las citas al doctor, este nos dijo que sentía una energía diferente, una que jamás  había sentido antes pero que correspondía a la de un maestro. Nos ilusionaba pensar que eso era porque nunca habían sentido a un bebé maestro aire. Aang estaba encantado con la idea de que este bebé sería el futuro maestro de toda una cultura, el primero que yo le daría y que él educaría y enseñaría a ser un increíble maestro aire. Tenzin era el nombre perfecto.

Todo parecía ir bien, mi embarazo era difícil como el de Kya pero lo sobrellevaba de la mejor manera al igual que Aang quien de verdad se esforzaba por no dejarme sola. Todo cambio al final a los seis meses cuando sentí un enorme dolor en el vientre y comencé a tener un sangrado que no era para nada común. El doctor me ordenó permanecer en cama lo más que pudiera y hacer mínimos esfuerzos, eso era realmente un tortura pero si quería llevar mi embarazo a buen termino debía hacerlo.

Aang había estado pegado a mi como nunca desde los tiempos en los que viajábamos juntos, cada movimiento que hacía él lo detenía y me obligaba a decirle que quería. Nunca en mi vida había estado tan inútil pero haría lo que fuera por ese pequeño bebe y probable maestro aire.

El parto fue muy difícil y doloroso, incluso mas que el de Bumi y Kya. Yo simplemente no lograba entender por qué mis embarazos eran tan complicados si había asistido muchos y ninguno parecía tan difícil como los míos.

Sin embargo todos esos pensamientos desaparecieron cuando lo tuve en mis brazos. Tenzin era precioso, tenía un cabello espeso y oscuro y una piel muy blanca como Aang, desde el inicio demostró ser un bebé bastante tranquilo. Lloró un poco al nacer pero se calmó en mis brazos como si hubiera nacido sin un gramo de estrés. Sus ojos azules iguales a los míos irradiaban paz y dulzura.

Aang había salido para dejarme descansar, era el día siguiente después de dar a luz y él iría por los niños para después ir de regreso a casa conmigo y su nuevo hermanito.

Aún me encontraba recostada en la habitación cuando el doctor entró, y se sentó a la orilla de la cama.

-Katara tenemos que hablar sobre algo importante.- dijo con una voz demasiado seria.

-Que pasó? Tenzin está bien?- dije muy preocupada, levantándome sobre los codos.

-Si si, su bebe esta bien, es un pequeñito muy fuerte, pero en realidad quiero hablar sobre ti- yo asentí y regresé a recostarme.

-Katara creo que te has dado cuenta de lo difíciles que han sido tus partos con el paso de los años. Realizamos algunos estudios mientras permanecías bajo anestesia, y lo que tengo que decirte es que ya no puede tener más hijos- esas palabras resonaron por todo mi ser y me provocaron una enorme presión en el pecho.

-Verás, analizamos tu útero y nos dimos cuenta que se encuentra demasiado débil para alguien de tu edad, esto sin duda debe ser consecuencia al tiempo que permaneciste bajo estrés durante la guerra y las constantes peleas a las que te tuviste que enfrentar. Eras una adolescente en ese entonces, te estabas desarrollando y tu cuerpo sufrió algunos golpes bastante traumáticos, es por eso que yo te recomiendo no volver a embarazarte.- dijo con tono lastimoso.

-Doctor usted no lo entiende, no sabemos si Tenzin es verdaderamente un maestro aire, si no lo es yo tengo que seguir dandole hijos a mi esposo, entiende? Toda la cultura de Aang morirá si no lo hago...- dije muy alterada.

-Eres tú la que no lo entiende Katara, si no paras ahora, podría sufrir de continuos abortos espontáneos o incluso podrías morir. Katara sé que esto es complicado pero necesito que como tu doctor, sigas mis indicaciones- me miró con seriedad- al salir del hospital te darán unas pastillas que evitaran que quedes embarazada hasta que tú sola dejes de estar en edad fértil.

Amores imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora