Kya

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Supimos de Kya unos meses después.

Aang y yo nos sentimos muy contentos cuando el doctor dijo que sentía la energía de una pequeña maestra agua. No podía creerlo, tenía tantas cosas por enseñarle, ella sería mía y llevaría el precioso nombre de mi madre.

-Aang... de verdad me gustaría que Kya naciera en mi tribu- le conté, la idea estaba en mi mente desde que supe que sería niña - me gustaría rendirle homenaje a mi madre con ella. Llevarla a nuestro hogar, ponerle su nombre... todo será para ella-

-Claro que sí amorcito, así será- respondió él y me dio un beso en la frente.

Tenía planeado viajar hasta el sexto mes, pero el embarazo se había vuelto algo caótico. Yo tenía graves mareos que a veces ni siquiera me dejaban salir de la cama, por lo tanto me vi obligada a viajar mucho antes de que las cosas se pusieran más difícil.

-Katara que gusto verte- me dijo Malina abrazándome. Las cosas con ella habían cambiado con el paso de los años, a pesar de que jamás sería mi madre, sí la quería demasiado.

-Jefe Hakoda- dijo Aang con una voz tan seria que por un segundo la desconocí.

-Avatar Aang- contestó mi padre igual de serio, ambos se saludaron estrechando las manos hasta el codo. Después se sonrieron y abrazaron. Malina y yo igualmente nos reímos de su intento de ser hombres serios.

-Abueloooo!!- corrió Bumi hacía mi padre apenas Sokka lo puso en la nieve. Mi papá lo cargó y lleno de besos.

-Hola papá- le dije y abracé a mi padre con Bumi en brazos.

-Creí que vendrías cuando el embarazo estuviera más avanzado, apenas se te nota la barriga- dijo mi padre después de que nos separamos.

-Suéltame, quiero ir con Malina- dijo Bumi y extendió los brazos hacia Malina quien lo recibió con gusto.

-Lo sé, solo que... las cosas han estado un poco complicadas. Mi embarazo esta siendo un poco difícil, preferí venir antes- dije con un poco de tristeza en cada una de esas palabras. Aang puso su mano en mi hombro dándome apoyo.

-Tranquila Kary vamos a ver que podemos hacer- dijo Malina y me dedicó una dulce sonrisa.

Hace algunos años le había enseñado a Malina algo de curación, desde entonces ella había comenzado a llamarme Kary, lo hacía con mucho amor y aunque era extraño, también era muy tierno.

Malina intentaba ayudar cada que tenía mareos y realmente funcionaba, yo no lo había intentado ya que hacer agua control me causaba aún mas cansancio del que ya sentía. Sin embargo todo se puso mas delicado cuando con el pasar de los meses comencé a tener dolores en el vientre. El doctor que me había atendido en el parto de Bumi había viajado para poder atenderme. Me obligó a permanecer lo más que pudiera en cama, como quiera quedaban solo tres meses para la fecha de parto.

-Mírate nada más, ahí echada y engordando- dijo Toph cruzando la puerta.

-Toph!! Llegaste!!- estaba muy emocionada, Toph no había podido estar conmigo en este embarazo y realmente la extrañaba.

-Claro que si princesita, creíste que me lo iba a peder?- dijo sentándose a mi lado.

Bumi se había pegado a mí, había adoptado la posición de guardaespaldas, cosa que a Toph le daba mucha gracias. Sokka por otro lado le enseñaba posiciones de defensa y jugaba a atacarme solo para hacer que Bumi lo persiguiera por todos lados y le soltara patadas y golpes.

-Esta bien guerrero, tranquilo, dejaré a tu madre en paz solo por hoy- dijo acercándose de nuevo a nosotras con Bumi sobre su hombro jalándole la cola de caballo -este chico es demasiado fuerte- dijo poniéndolo de nuevo en el suelo.

Amores imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora