Descongelando recuerdos

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Los meses pasaron y sin duda Bumi aprendía rápido, era inteligente y un chico muy hábil. Poco a poco comenzó a ganar peso y músculo, era bueno con la espada pero mucho mejor en combate cuerpo a cuerpo. Para su cumpleaños número 14 ya se veía más grande he incluso era ahora era de mi estatura. 

Estaba orgullosa de mi muchacho, Sokka estaba haciendo un excelente trabajo y Bumi se sentía feliz, incluso a pesar de que  Aang pasara tiempo con Tenzin. Eso era algo que solía ponerlo de mal humor, evidentemente se ponía celoso, pero parecía descargar sus sentimientos en sus entrenamientos.

Aang y Tenzin pasaban mucho tiempo juntos, ahora ambos meditaban cada mañana muy temprano y Aang comenzaba a llevarlo a sus viajes a los demás templos por algunos días. Incluso ahora los dos lucían una reluciente calva. Aún estando en casa parecían seguir en su mundo, de modo que yo tenía que obligarlos a parar para poder regresar a ser una familia, un ejercicio que comenzaba a ser agotador.

La fiesta de Tenzin fue un locura. Aang no escatimo en nada, era demasiado para un niño de cinco años. Había sido casi una semana completa de festejos y regalos. Mi hijo menor había dejado de ser un bebé y se estaba convierto ahora en toda una personalidad con su carita llena de serenidad y seriedad, parecía entender bastante bien su papel en el mundo.

Después de esa ridícula fiesta, Bumi y Kya habían tomado la iniciativa de molestar a su hermano por cada cosa que pasaba que tuviera que ver con los nómadas aire y con él. Lo perseguían por todos lados y no dejaban de llamarlo "cabeza de aire", yo estaba constantemente en el medio intentando solucionar sus pleitos infantiles. 

Eso era algo que en el fondo me dolía. Sokka y yo siempre nos habíamos molestado, pero siempre nos apoyábamos y nos demostrábamos amor y respeto incondicional. Mis hijos se estaban volviendo en desconocidos, algo que no podía permitir.

Era agotador ser la mediadora, además de eso, tenía que recordarles a los tres todo el tiempo por qué para Aang era tan importante Tenzin y por qué tenía que pasar tanto tiempo con él. Mis hijos debían saber que no era favoritismo, era solo un acto de absoluta importancia y necesidad. 

-Hermanita, voy a tener que irme unos meses - me dijo Sokka al final de un día de entrenamiento mientras cenábamos.

-Que?! por qué ahora?! - le dije alterada.

-Oye tranquila! no voy a dejar a Bumi sin entrenamiento, esta haciéndolo increíble, pero tengo que ir a la tribu, papá necesita ayuda, y como concejal y representante, debo estar ahí - me contestó.

-Que? todo esta bien? - pregunté con evidente preocupación.

-Si no te preocupes, son temas de exportación y esas cosas, nada fuera de la normal pero pasaré algún tiempo ahí. Por lo pronto voy a mandarte a alguien con quien me reencontré y que seguramente no recuerdas pero igual es un muy buen guerrero, lo hará bien - contestó mientras terminaba su cena.

-Esta bien, y... cuándo se supone que vendrá este tipo que debo conocer? - respondí

-Mañana mismo estará aqui - dijo con la boca llena de carne y grasa.

-Mañana? pero... Aang acaba de irse y no regresará hasta dentro de tres semanas, me hubiera gustado que lo conociera antes de que entrene oficialmente a nuestro hijo- le respondí con algo de desanimo al respecto.

-Y eso importa? Yo creo que no. Como quiera Aang seguirá viajando y él vendrá a entrenarlo esté o no esté. Deberías confiar un poco en mi mujer! - me dijo escupiendo algo de comida en mi rostro.

-Agh, esta bien, dile que venga mañana - le contesté limpiándome el rostro.

A la tarde siguiente me encontraba esperando a este nuevo maestro de Bumi en la bahía. Llegó una pequeña embarcación dirigida desde Ciudad República y de ahí bajó un hombre que desde lo lejos se veía justo igual a todos los guerreros de la tribu agua, moreno, alto y musculoso, no como Aang, él era esbelto, este hombre era ancho, su cuerpo probablemente el doble del grueso que el mío. 

Amores imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora