Marco (2 Mayo)

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Han pasado exactamente 2 meses de la muerte de Hanna, 62 días, en los que he resultado ser el asesino, se que no lo he hecho pero todos me vieron hablar con ella antes de que desapareciera de aquella fiesta.

Ahora estoy aquí, detenido como un criminal, deseando que se encuentre al hombre que la ha asesinado. Me han pedido que relate mi parte de los hechos ... Y así lo hago.

Hanna estaba sentada en uno de los cuartos, estaba ebria y lloraba con fuerza, yo sabía que algo no estaba bien, sabía que ella no estaba bien. Entre en la habitación sin decir palabra alguna, llevaba un vestido blanco demasiado bonito parecía una muñeca sacada de la caja. Llevaba el maquillaje un poco corrido cuando giro hacía mí.

-¿Marco? ¿Qué pasa?

-¿Estás bien Hanna? - Sonrió a mitad de la habitación.

-Acabo de arruinar la amistad que tenía con mi mejor amiga, le he dicho que me he acostado con el tipo que ama. Se que he hecho mal, pero no he podido evitarlo estamos muy ebrias, quería que llorará lo que yo llore cuando Jave me rechazó, pero no debí decirlo de esa forma.

Esta dolida, muy dolida, y se que lo siente, pero no se de quienes habla, solo la he visto 4 veces en mi vida y ahora esta aquí consolándose conmigo.

-Escucha Hanna, lo mejor será que no tomes más y la llames, créeme que eso te ayudará a arreglar el momento.

Tomo un vaso y salgo de la habitación para llevarle agua, al salir me encuentro con un hombre alto, pero no he podido ver su rostro solo su cuerpo chocar con el mío. Al regresar no encuentro a Hanna en ninguna parte y doy por hecho que se ha ido.

Después de narrar mi versión, los oficiales se niegan a creerme, pero no tengo nada más que decir, se busca al asesino de una chica linda, cuyo corazón era noble y único error fue despecharse con un hombre. 

Toman un par de datos y me dejan libre, no hay pruebas suficientes para detenerme, y me recomiendan que busque a sus amigos, que ellos sabrán que hacer en caso de no encontrar a un culpable. Salgo del edificio sonriendo, al menos se algo que sus amigos no, a Hanna la asfixiaron hasta que murió, tenía moretones en el rostro, en las piernas y en el abdomen cuando la encontraron, como si alguien la hubiera golpeado con un objeto pesado después de matarla. Un acto de rabia, como si la odiaran una vida antes. Camino por las calles principales, y entonces, llego a un casa enorme, el buzón dice "Lía ... Miller" es aquí donde vive la famosa Lía, la amiga del cadáver.

Me aproximo a la puerta con miedo antes de tocar, se que quizás haga mal en tocar la puerta, siendo un desconocido. Llego a la puerta y con miedo doy uno ... dos ... tres ... golpes, espero que abran la puerta cuando veo que se aproxima la famosa Lía, una chica delgada con la piel muy blanca y el cabello tan negro como la obscuridad de la noche, sale, por la planta alta y grita desde el balcón.

-¿Quién eres? - 

-Marco, Marco Siller, ¿Podemos hablar?

-Ahora bajo.

Trueno los nudillos una y otra vez hasta que Lía se aproxima a la puerta y sonríe.

-Hola, pasa. Me han llamado para advertirme tu presencia.- Sonríe irónicamente.

-Si, bueno soy el "asesino" - Bajo la mirada.

-Se que no lo has hecho tú.- Sonríe como si supiera de que se tratará.

Camino hasta la sala y tomo asiento en un sofá de piel, reclinable, y me pongo cómodo, se que Lía me odiará por hacerlo pero igual necesito paz.

-Tengo pistas que nadie más tiene. Fui la penúltima persona que vio a Hanna viva, pero no el asesino - Sonrío

Lía me aproxima una cerveza y sonrío.

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