Escuchaba como Emma le explicaba a Don y Gilda lo que tenían que hacer en nuestra ausencia, tal cual madre preocupada.
Me acerqué nuevamente a Ray para sacarle la gasa de su oreja y desinfectarla.
– Bien, mi diagnóstico es que la herida está en buenas condiciones así que te doy el alta – dije mirando al pelinegro con una sonrisa divertida
– Gracias (t/n) – me devolvió una sonrisa cálida. Desvíe la mirada nerviosa. – Gracias Anna por ayudar con las preparaciones, gracias a todos
Todos los presentes sonrieron ante aquellas palabras.
(...)
– Fiuf – dijo la ojicafe al llegar saltando en un pie ya que no terminaba de acomodarme el zapato – Bien, todo listo!
Los cuatro ya se encontraban preparados para salir al exterior, solo faltaba despedirse adecuadamente.
– ¡Volveremos pronto! – anunció Emma con una sonrisa decidida
Las expresiones de los más pequeños eran tristes, casi a punto de llorar.
– Aww – pronunció la de cabellos ceniza enternecida para luego extender sus brazos – vengan aquí
Dicho eso los más pequeños corrieron hacia ella y la abrazaron con tanta fuerza que cayó al suelo.
La risa de (t/n) se escuchaba en toda la habitación lo cual relajaba el ambiente.
Emma y Ray se unieron al abrazo segundos después.
– ¡No se sobre exijan, ok?! – Los regaños de los pequeños se hicieron presentes. – Tu también Ray! ¡Si hay peligro se un buen chico y huye!
Aquello provocó la risa burlona de las mayores.
– Anotado – dijo el azabache firme y con su mano en su frente, al igual que un soldado.
– Señor, puedo pedirle algo? – habló Gilda seria bajo la atenta mirada de todos – Por favor tráigalos de vuelta sanos y salvos.
– Gilda... – murmuró Emma
– Se que es un viaje peligroso, también para usted, pero precisamente por eso si pasa algo y necesitan huir de vuelta, usted tiene que traer al menos a uno de ellos vivos. – expresó la de lentes decidida.
– ¿...Eso fue una petición? Lo siento niña, pero solo porque digas algo no... – se detuvo a la mitad de la frase
– No, no lo es. – el tono de voz de Gilda era autoritario – Es lo que espero de usted. Si no regresa con al menos uno de ellos.. yo misma me encargaré de destruir este refugio – finalizó siendo observada por el mayor quien le dedicaba una mirada filosa
– ¡Así se habla Gilda! – alentó (t/n) para luego abrazarla por el hombro
– Ustedes tres, regresen sanos y salvos! – dijo Gilda abrazándolos – Si incluso uno de ustedes muere, jamás los perdonaré!
– Si.. ¡Si! – respondió Emma emocionada por la actitud de Gilda. Los tres sabían que dejaban el refugio y los niños en buenas manos.
(...)
Luego de varios minutos corriendo como locos tratando de seguirle el paso al hombre sin nombre, por fin habían dejado aquel valle llano. Ahora se encontraban en la entrada del bosque.
– No fue un mal ritmo. Aquel páramo está listo. Apuntaremos por un viaje de cuatro días. – habló el mayor – Nuestro objetivo es A08-32 Goldy Pond. Traguen un poco de agua, primero viene el bosque donde las manadas de come hombres residen. Te ven, te mueres. Vayamos y crucémoslo antes de la puesta de sol
Dicho eso, retomo la caminata comenzando a adentrarse en el bosque.
– Lindas palabras de animo viejo – comentó sarcástica (t/n) cerrando su botella y siguiéndole el paso al hombre. Ray y Emma hicieron lo mismo.
Chillidos irritantes de aves se escuchaban, estos pasaban volando por encima de los cuatro.
Emma se detuvo a observar cada detalle del bosque asombrada.
– Hey – (t/n) llamó la atención del pelinegro mayor – cuando hablabas de los come hombres te referías a los demonios, no?
Preguntó sin mirarlo a la vez que tocaba una sustancia pegajosa.
– En este bosque ellos no tienen fin. – ignoró a la ceniza a propósito – los de esta área son salvajes pero saben como formar manadas. Siempre se mantienen en grupo por lo que si hay uno, habrán más. Y por si fuera poco, las variedades son muy agresivas.
– Por lo que si nos ven, estamos muertos – sentenció (t/n)
– Así es – le dió la razón – ellos llamarán a más y el grupo caerá sobre ustedes. Compartirán la comida y hasta triturarán sus huesos.
Aquello último causó escalofríos en los menores.
– Solo puedo pensar en una forma de que sobrevivan. Envíenlos al infierno antes de que llamen a más – explicó – ¿Pero imbeciles como ustedes tres? Ninguna posibilidad de que lo logren.
– Lo dice alguien que estuvo la mitad de su vida escondido como una rata en un refugio – escupió la ojicafe molesta ya que le había dado justo en su orgullo.
– Buena esa – comentó Ray divertido chocando los cinco con (t/n)
Siguieron avanzando en silencio y con pasos suaves pero veloces ya que lo que más deseaban era alejarse de la zona peligrosa para acampar tranquilos.
– ¿Cuanto tiempo tenemos? – preguntó Emma
– Tal vez dos horas antes de que oscurezca – respondió Ray con la vista en el reloj de bolsillo
– Ya veo, hagamos nuestro mejor esfuerzo – comentó Emma con su característico entusiasmo
– A decir verdad la distancia tampoco luce mal, hasta ahora el viaje ha estado bien – analizó (t/n) mientras Ray le daba la razón
– "Esto es una locura, como estos niños aprenden tan rápido?" – es lo que pensaba el mayor o eso suponía la ceniza, la cual se quedó mirando fijamente al hombre una vez que este se dio la vuelta para retomar el camino. Claramente él se dio cuenta.
Una sonrisa arrogante se formó en los labios de (t/n).
Si, esa era su forma de aprender. Observando, analizando y adquiriendo las habilidades de la persona observada quien claramente posee capacidades y conocimientos que los menores aún no poseían.
– A la derecha – habló el azabache mayor
Era un nuevo camino. Ray observo y analizo todo tan pronto se dio cuenta de las huellas debajo de él.
– Derecha , no? – cuestionó el azabache menor al mayor
– No, izquierda – replicó reacio el hombre mientras que Ray le dedicaba un "jodete" desde sus adentros.
– Bien ahí, Ray. – dijeron Emma y (t/n) con una sonrisa orgullosa obteniendo un agradecimiento por parte de su amigo
ESTÁS LEYENDO
20194 | The Promised Neverland (cancelada)
Fanfiction(T/n) vive en el orfanato Grace Field desde que nació, no sabe nada de sus padres o familiares y eso es algo que comparte con todos los niños que viven ahí. A nadie le importa sus raíces, ninguno tiene esa duda. Todos prefieren vivir con ignorancia...