03

21.6K 1.8K 2.5K
                                    

– La hermana no hizo nada más luego de eso – habló Emma

– Seguramente se lo ordenó Isabella – continuó Norman – Al principio sospechaba de nosotros pero ahora parece que ya no

– ¿Por qué será? – cuestionó la pelinaranja preocupada

– ¿Que opinas, Ray? – el albino pidió su opinión

– No lo sé. Tu que opinas, Norman? – habló desinteresado el pelinegro

– Pienso que mamá movió los hilos para no tener que vigilarnos por ella misma, así que supongo que hizo algo para facilitárselo y saber nuestros movimientos sin hacer nada – explicó

– Pero no hay cámaras ni micrófonos... Un momento – la cara de Emma cambió drásticamente y yo seguía en silencio escuchando

– Si, Emma. Probablemente tiene a alguien vigilándonos, es probable que otro niño. Ósea un espía, un impostor – hable finalmente con un tono frío y luego de unos segundos sonó la campana para cenar y todos nos dirigimos al comedor.

En el camino Emma iba observando a cada niño, como si eso la pudiese ayudar a encontrar al espía. Reí levemente sin que nadie se de cuenta y la codeé para que volviera a la realidad.

– Emma tranquilízate, lo resolveremos ya verás – ella solo asintió y siguió su camino

En medio de la cena vi a Norman terminar de comer e ir a su habitación, tramaba algo así que decidí hacer lo mismo. Llegue y abrí la puerta sin previo aviso, Norman dio un leve salto del susto y atrás suyo pude divisar una bolsa. Él se dio cuenta de eso y suspiró pesadamente.

–Oh.. – me hice la sorprendida – ¿Qué haces albino?

– Supongo que tendré que contarte todo – dijo mirando de reojo para luego seguir con lo que estaba haciendo antes. Esconder una bolsa.

Al parecer su plan era para atrapar al espía. Los sospechosos eran Gilda y Don, pero había uno más. Este era Ray. Le pregunte la razón pero me respondió con un "ya verás".

Su plan era poner una bolsa con una soga dentro y decirle a los sospechosos diferentes lugares en donde la ocultaría. Cuando desapareciera dicha bolsa ya se sabría quién era el espía. Sencillo pero ingenioso.

(...)

Ya era otro día, hoy me tocaba poner las sábanas a secar. Una de las tantas aburridas tareas de los mayores. Estuve así durante unos minutos hasta que alguien me agarró de la cintura para luego elevarme. Yo solo reía risueña.

– Ohayō~ (t/n) – me regaló una linda sonrisa y luego me bajó delicadamente

– Ohayō~ Ray – imite el tono en que lo dijo – ¿Qué haces por aquí tan temprano?

– Que, ¿Ya no puedo ni siquiera pasar un rato con mi mejor amiga? – hizo un lindo mohín, que le pico a Ray?

– ¿Tienes fiebre? No pareces ser el mismo – reí y le toque la frente verificando lo dicho

Ray rodó los ojos y agarró la canasta en donde se encontraban las demás sábanas. Él me iba pasando cada una en silencio, era un silencio cómodo. Terminamos rápido y me senté en un árbol cerca

20194 | The Promised Neverland (cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora