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Todos respiraban agitadamente. Emma se tiró al suelo para poder escuchar las vibraciones mucho mejor. Su rostro no expresaba algo preocupante por lo que me dió a entender que los habíamos perdido.

– ¿Y ahora qué? – Pensé. Habría que contactar a Ray pero no podemos hacerlo con tantos demonios cazándonos.

– ¡Idiota! – aquel grito me sacó de mis pensamientos. – ¡¿Estas loca?! Saliste corriendo de repente, y para que?! ¡Para salvar a estos chicos que ni conoces! – le regañó la chica de antes a Emma – Y además te encontraste con el peor de todos... Es demasiado fuerte... Ese que usa un sombrero...

Al parecer aquel demonio que detuvo el hacha que tire era un pez gordo. Su voz al nombrarlo era temblorosa.

– ¿Los demonios... monstruos – se corrigió Emma – que vienen a este lugar de caza son siempre los mismos? – cuestionó la pelinaranja

– Si, por qué? – respondió confusa

– ¿Cuántos son? – pregunté

– Cinco, sin contar a los sirvientes.

– ¿Y cuantos humanos hay? – indagué

– En general, hay un máximo de cincuenta personas. Ahora hay más o menos que eso...

– ¿Todos los días cazan? – Emma siguió el interrogatorio

– No, solo una vez cada tres días... – al parecer volvió a si misma – ¡Eso no importa! ¡No tenemos tiempo para descansar! Tenemos que escapar y escondernos... Por más que ahora no nos estén siguiendo, puede que lo hagan en cualquier momento! Y también puede que nos encuentren los otros

– Pero... – insistió Emma

– ¡Vayan! – habló el pequeño de antes el cual se encontraba herido – Nosotros estamos bien. ¡Así que vayan! – sonrió con dificultad – Gracias, a ustedes tres. Arriesgaron sus vidas para salvarnos. Esta vez si vamos a escapar. No se preocupen, cuando descansemos un poco, vamos a escapar! Así que...

– Esta bien... – puse mi mano en su hombro no herido – Escapemos por caminos separados – le sonreí decidida

– ¿Pero adonde vamos a escapar? – habló su amiga – Estas lastimado y sangrando...

– No hace falta que se apuren. Vayan en dirección del viento y escóndanse ahí – les aconsejó Emma – Si siguen el viento ellos no van a poder encontrarlos debido al ruido y el olor a sangre

– No dejen huellas en la medida de lo posible y si encuentran huellas del enemigo, escapen antes de que los encuentren – les aconsejé también – pero si igual los encuentran y los están por matar... díganle a los demonios que me cacen a mi – sonreí ladina mientras me apuntaba con el dedo pulgar

– ¡(T/n)! – me regañó Emma

– Esta bien, Emma – reí ante su reacción y me volví a dirigir a los niños – Díganles "esa es de Grace Field, la máxima puntuación...", "el que llega primero, gana", así no tendrán problemas...

Ellos se quedaron confusos ante tal explicación detallada y Emma rodó los ojos con una sonrisa como si ya se lo esperaba.

– Soy (t/n) por cierto y ella es Emma – apunté a la pelinaranja con mi mirada y luego extendí mi mano al más pequeño – ¿Y ustedes?

– Theo – dijo el herido para luego estrechar mi mano

Su amiga se llamaba Monica y el que parecía el más grande se llamaba Jake.

– Bien, entonces nos vemos después – me despedí y ambos grupos nos separamos.

Comenzamos a correr de nuevo.

– No tengo intención de morir – habló Emma – No puedo morir. Pero... Tampoco puedo no hacer nada. ¡No voy a permitir que asesinen a gente que esta en desventaja!

Sonreí para mis adentros sin darme la vuelta a ver a Emma. Ella es una gran persona...

– Pero aceptaron muy rápido que se fueran por otro lado – comentó la desconocida

– Fue por varias razones, como que los cinco llamaríamos la atención y el sangrado de Theo... – expliqué – Pero principalmente porque es peligroso estar con nosotras. Esos demonios ya nos ficharon y parece que prefieren venir a por nosotras que seguir cazando a los otros.

– Ya entiendo... – murmuró comprensiva – Puede que sea lo más sensato.

– Por eso mismo, tu deberías alejarte de nosotras también – aconsejé mirándola por el rabillo del ojo

– Que molesta – me sobresalté ante tal reacción – Seria un problema para mi que murieran. ¿Entienden? Lo importante es el tiempo. Solamente tenemos que escape hasta que vuelva a sonar la música.

– Pero hay algo que quiero hacer mientras escapo – habló la pelinaranja captando nuestra atención

Emma se detuvo y las dos la imitamos.

– Mira – fuimos hacia donde se encontraba ella y dirigimos nuestras miradas a donde apuntaba – Los demonios cazadores no están ni intentando ocultar sus huellas aunque son inteligentes. Están relajados por la diferencia de fuerza, nos subestiman o tal vez disfrutan que sepamos donde están. Lo importante es que los humanos también podemos buscarlos.

– ¿Ósea que...? – comentó confusa la chica

– Quiero escapar mientras ayudo a los chicos asustados que están cerca de los demonios sin que se den cuenta. – respondió rápidamente y sin pelos en la lengua – Puede que sea poco lo que logre, pero quiero ayudar a escapar aunque sea solo a uno.

– Porque no puedes no hacer nada, no es así? – dije pasando mi brazo por los hombros de Emma

– ¡Si! – contestó al instante, sus ojos brillaban. Justo como cuando se decidía por algo y no paraba hasta cumplirlo.

– ¡Yo te apoyo! – sonreí ampliamente mientras le despeinaba la cabellera a Emma dulcemente

– Si que son problemáticas ustedes dos... – comentó rascándose la nuca

– ¡Díselo a ella! – apunté a Emma haciendo la inocente. Las dos reímos divertidas pero segundos después cambiamos la atmósfera poniéndonos serias.

– Esta bien, pero si veo que se pone peligroso, las voy a arrastrar a la fuerza – amenazó

Emma y yo aceptamos y nos pusimos en marcha.

20194 | The Promised Neverland (cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora