Se había enamorado de ella, era evidente, aunque él no quisiera admitirlo. Todos los días se martirizaba pensando en cómo continuar con su vida. Era una completa decepción pensar en cómo reaccionaría ella, claro, eso, si surtía un efecto positivo el tratamiento y despertaba lúcida y consciente.
Su hermosura, dentro de su demacrada figura no le hacía la mejor de las justicias a su larga y floreciente melena pelirroja, su rostro apagado por la agonía dejaba entre ver lo que en algún momento fue la más cándida de las mejillas, y por último sus ojos, esos ojos sin alma, que le hacían luchar cada día por ella, por su salud.
Estaba loco, sí, sí que lo estaba. Parecía un acosador, una persona con algún tipo de trastorno, ¿cómo puede alguien enamorarse de una persona sin conocerla? Es cierto que existen teorías que defienden el amor a primera vista, un flechazo accidental, pero esto era totalmente diferente, ella se encontraba presa de una condición médica que no la dejaba despertar, y él se suponía era su médico, si esto se llegaba a saber lo apartarían de ella, y la historia que aún no comenzaba jamás tendría su final feliz.
Rossi notaba la chispa que se encendía dentro de él cada vez que la chequeaba, ella era la enfermera del primer turno; la paciente no le parecía la gran cosa, es más ni siquiera la atendía con cariño como a los demás, porque no le gustaba que el médico se fijara en ella, después de tantos años de esperar que él le dedicara un poco de atención y afecto no podía entender que una paciente sin ni siquiera estar en uso de su conciencia lo haya hechizado y atraído para ella su admiración. Era totalmente inconcebible, pero tampoco es que ella pudiera comprobarlo, tal vez dentro de su celo se había figurado esa situación para nada usual.
Mientras tanto, él la imaginaba en sus sueños, llena de vigor, reluciente, dando vueltas sobre el eje de la tierra, mirando el cielo, riendo, observando la naturaleza. La veía fantasmagórica con un largo y delicado vestido verde esmeralda, con la melena pelirroja ofrendada al viento, y las hojas del otoño cayendo en picada a su alrededor. Solo después de verla así, llena de vida y rebosante de un futuro, podía despertar para volver a la realidad y admitir que nunca despertaría. Si pudiese darse con sus familiares un médico concentrado solo en el diagnóstico clínico les recomendaría desconectarla, ya que su caso parecía irreversible. Pero, él, justo él tuvo que venir a enamorarse de ella. El mejor de los residentes que tenía el centro hospitalario en esos momentos, por este mismo motivo, por su dedicación y eficacia, entrega y vocación le habían asignado el caso de ella. En sus interminables pensamientos e idealizaciones trataba de ponerle un nombre a la chica misteriosa, tenía que llamarse de una forma espectacular, tanta belleza debía ser nombrada de forma maravillosa, única. Se había imaginado que su nombre estaba relacionado con la tierra, ya que su cabellera parecía tomar el más hermoso color de la tierra, el tono rojizo lo asociaba a lo mineral, por eso decidió nombrarla para sí mismo como Gea, que en griego significa tierra.
La vida te pone frente a situaciones inusuales, dentro de las combinaciones probabilísticas y estadísticamente hablando, algo siempre sale mal en los cálculos y chocas contra situaciones que no puedes controlar, como el caso de Gemma, del médico que termina prendado de ella, del detective que quiere encontrarla, de Agostina que lamenta haber traicionado la confianza de la que era su amiga, del libro que queda atrapado dentro de un misterio, de la intencionada pluma que traza tu destino. La vida es así, y solo queda descifrar los misterios, saber de dónde provienen las gotas de sangre que encuentras en tus sábanas cada día.
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¡¡¡Queridos lectores!!!
Les dejo un capítulo más. La historia está dando un giro inesperado.
Qué opinan sobre este capítulo. Dejen sus comentarios y su apoyo con una estrellita.
Nos estamos leyendo.
Cariños
PatyFlor
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GEMMA'S LAST NIGHT (LA NOCHE ANTES, DE GEMMA)
Short StoryLa sangre corría por el asfalto nigérrimo; el sollozo de Gemma se hacía cada vez más desgarrador. Veía cómo todo se ralentizaba a su alrededor, era ese el fin donde la vida le pasaría la factura, y ella tendría que dejar incluso toda su historia c...