PARTE 17 - LO MÁS PARECIDO AL TERROR

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Sentía como estaba aprisionada en la nada, una fuerza superior a la mía me sujetaba, se burlaba de mi debilidad. Sentía cómo un líquido tibio manaba de mi rostro, de alguna parte de ella; no podía moverme, totalmente maniatada me sentía inútil, abúlica, y lo peor de todo es que las fuerzas para luchar me abandonaban. Veía el cielo, oscuro, pero iluminado a la misma vez por las constelaciones, una llama intentaba encenderse en mi interior, quería avivarse, pero terminaba desapareciendo con el humo de lo irreal. Quería calentar mi sol interior, como Zezé... pero no podía, una ráfaga de viento helado me dio un brusco estirón cuando me alcanzó. Luchaba para mis adentros, o más bien quería creer que luchaba.

La inmensidad se hacía eco en mí, me avasallaba y retraía por completo. Sentía el yugo de la opresión en mi garganta, impidiéndome clamar por ayuda. La estrella que viera hace un rato caía en picada hacia mí, veía cómo se tornaba cada vez más grande mientras caía y duplicaba su tamaño, podía sentir el fuego interior erizándome y quemando cada parte en mí. La celeste cayó, ahora estaba en lo más profundo, viendo cómo las llamas del destrozo se igualaban en un color rojizo como las hebras de mi cabellera, sentía cómo la cabeza me ardía, inflamada en fuego me adornaba, era lo más parecido que experimentase en esos momentos al terror.

***

Me levanté con la respiración agitada, la cabeza ardiendo, y tres gotas de sangre en la sábana. El calor podía palparse de forma exagerada, mi corazón latía a mil por hora, y las muñecas me dolían como si las hubiese tenido maniatada. Un trozo de carbón se encontraba en mi lecho, la prueba de la transmutación a otra realidad, a otro dominio.

Me apresuré a abrir la ventana, necesitaba que el oxígeno de la naturaleza se colara en mi cuarto.

Nunca me puse a pensar como en ese momento cuán grande me quedaba la casa, era muy grande para mi insignificancia y soledad. La luz de la farola se colaba por las rendijas del ventanal. Sentí el suelo agreste moverse a mis pies. Volví a concentrarme en las gotas de sangre, esta vez no habían huido, seguían allí, inclaudicables para su cometido. Aunque todo indicase que no fueran reales, algo en mí estaba por descubrir su origen.

Media noche, casa en penumbras, el tiempo una vez más se había detenido. A lo lejos el vagido de las hojarascas ambientaba los bosques, un ojo delator me examinaba, una luz me mortificaba. Era miércoles, como aquel día que me marcara en el pretérito. 

***

¡Hola, de nuevo!

Les dejo un apartado más. Espero les guste. Háganmelo saber. 

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Paty_Flor

GEMMA'S LAST NIGHT (LA NOCHE ANTES, DE GEMMA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora