... Esa misma noche, los Gramuglia habían terminado de cenar. Sus hijos, habían subido a sus habitaciones para higienizarse y luego irse a dormir. Abajo, Ricardo se sentó en un sillón del living frente al televisor. Sara en la cocina, preparaba un par de cortados y unas galletas para compartir con su esposo. Iba con la bandeja y decidió apagar la luz de la cocina. Sin embargo la misma no se apagaba aunque presionó un par de veces. Llegó hasta el living y al sentarse junto a su marido, la televisión se apagó. Ricardo sorprendido tomó el control, ésta se volvió a prender y al instante empezó a cambiar de canal sin que él oprimiera botón alguno. Se miraron con asombro. En eso se apagó la luz, solo en la parte alta funcionaba la electricidad.
-¡Que raro que es todo esto! -exclamó Ricardo -No es ni alta ni baja tensión.
-Los chicos tienen luz arriba. Igual voy a subir.
-Está bien yo revisaré la térmica.
Mientras Sara subía a ver a sus hijos, Ricardo llegó al otro extremo del livingcomedor donde estaba la caja de los fusibles. Al abrir comprobó con extrañeza que no había saltado la térmica. Para su mayor asombro las luces del comedor se prendían y apagaban. En tanto, su mujer bajaba la escalera para anunciar que no había ningún desperfecto arriba, que los hijos estaban tranquilos leyendo. En eso, la energía volvió de repente.
-Mira Sara, ésto ya es demasiado. Mañana voy a ir a la ferretería, creo que el tipo es electricista además.
-Sí, claro. La verdad, tengo un poco de miedo.
-Por favor Sara no es para asustarse. Será un cable, algo no sé. Pregunta Sara: ¿Escuchas la cafetera? ¿Vos la apagaste?
Sara sintió un escalofrío, Ricardo se dió cuenta de su temor y decidió él ir a ver aunque su esposa le seguía detrás. Y sí, la cafetera funcionaba, pero estaba desenchufada. Ella, evitó dar un grito y se aferró a su marido.
-Tranquila, Sara. Todo debe tener una explicación.
-Pero yo, no voy a poder dormir esta noche. ¿Te parece que les digamos a los chicos que duerman con nosotros esta noche?
-Sí, pero antes los iré a ver. -Ricardo subió, y golpeó en el cuarto de Enrique. Del lado de adentro le dijeron que pasara. Su hijo lo recibió con una sonrisa -¿Cómo estás campeón? ¿Todavía despierto?
-Sí papá. Leyendo algo.
-¿Cómo anda la luz de tu mesita?
-Bien. ¿Por?
-Por nada. Mañana si querés, ¿Me acompañas a la ferretería?
-Sí claro papá. En un rato, cierro mi libro y duermo.
Del otro lado del pasillo Sara estaba en la habitación de su hija Penélope, la halló entretenida con su tablet.
-Mamá, creo que tengo problemas con ésta página de Internet. Es un trabajo de geografía. Es un cuestionario de capitales de Europa.
-¿Qué pasa hija? Tal vez se tildó o no hay buena señal. ¿Por qué lo decís?
-Porque estoy respondiendo y cuando llegué a la capital de Bulgaria apareció, la respuesta como cinco veces...
-La capital si no me olvidé es Sofía.
-Sí mamá pero mirá: aparece Sofía cinco veces en mayúscula y letras rojas.
-Sí, ya veo. No sé por qué será. ¿Vos todo bien?
-Sí mamá, tranquila.
-Buenas noches entonces hija.
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Los casos de César Guzmán.
General FictionUn investigador llega a un pueblo donde intentará resolver casos muy extraños, allí se combinan buenas dosis de terror, suspenso y actividades paranormales. Una historia donde la realidad y la fantasía van de la mano...