Capítulo 1: No volví por ustedes...

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Para poder salir hasta la dirección que me dio la original solo tenía dos opciones, robar mi propio auto que mi padre había secuestrado, o pagar un taxi, que implicaría robarle a mi padre dinero, porque ni siquiera me dejaba administrar mucho dinero por miedo a que me escape, que bien me conoce. Así que opte por la opción más obvia…

La verdad encender mi auto sin llaves no fue tan difícil como pensaba, solo cortar un par de cables, pegarlos, y Eureka, el auto encendió. Por lo que ya me encontraba en camino hacia mi cita con Reebekah. Por más extraño que parezca, me había citado en medio de un parque, que creo que incluso era de niños, pues tenían columpios y juegos para niños.

Y allí estaba ella, sin preocupaciones columpiando un bebé de meses para luego verme, y tomar la pequeña en brazos.

— ¿Acaso robaste una bebé para que me compadezca de ti y no te mate? —le pregunté sin siquiera saludar y para mi sorpresa sonrió.

—No tienes las herramientas para matarme…—soltó burlonamente y para mi mala suerte tenía razón—. Y no me robé la bebé para tu información es la hija de Nik— explicó dejándome un poco fuera de mi.

— ¿La hija de Nik?, ¿Por qué la tienes tú? —pregunté sin poder apartar la mirada de la pequeña.

—En New Orleans querían matarla, así que fingimos su muerte y me la dieron para que la cuidara— respondió dejándome mas sorprendida, Niklaus había dejado a su hija irse por su bien, debería estar devastado…

—Parece que las cosas fueron peor cuando me fui…—solté algo pensativa.

—Si, por eso te dejaron ir…—soltó recordándome porque razón había venido.

—No, la razón por la que me fui fue porque me ocultaron que tú mataste a mi padre…—le dije cruzada de brazos.

—No era necesario que lo supieras— le vi incrédulamente—. Aunque no lo creas no lo hice con mala intención, tu padre se había vuelto loco gracias a un anillo Gilbert que le traía a la vida, pero ese no el punto ahora, sino que cuando ocasioné que Elena muriera solo tuve una opción, él, o mis hermanos y yo…

—Que fuera en defensa propia no quita que lo mataras ni que tus hermanos me ocultaran ese enorme detalle—contraataque sacándome de mis casillas.

—tienes algo de razón, aunque no creo que tenga relevancia que yo lo haya matado si está vivo ahora, ¿no? —Soltó sin saber cómo sabía esto—. Tengo mis contactos— respondió a la pregunta no formulada.

—Me mintieron en mi cara así que sí— le respondí como si nada, pero ella para mi sorpresa rió.

—Solo te ocultaron algo por el bien mío, lo superaras—soltó ella pero igual negué—. Escucha Eider, no me caes bien, no te caigo bien, pero necesito pedirte un favor— dijo de la nada cambiando demasiado el rumbo de la conversación—. Mis hermanos ahora están pasando por algo fuerte, el hechizo que hizo Genevieve con la sangre de Nik, lo debilita cada luna llena, sin contar lo deprimido que está por estar lejos de su hija, y por otro lado Elijah está intentando que él no pierda la razón.

— ¿Y qué tengo que ver yo con eso? —pregunté sin saber porque sacaba esto a flote, aunque no podía negar que se me encogió un poco el corazón al escuchar esto.

—Puede que aunque me cueste admitirlo, pero podrías animarlos un poco si volvieras…—soltó seriamente por lo que no pude evitar reírme desenfrenadamente.

— ¿Volver?, lo siento pero no…—solté dando la vuelta—. Y si es lo único que tienes que decir, es mejor que me vaya, ya que tienes razón no tengo el arma para matarte…

Alaric's Daugther, second Season: el regreso de EiderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora