—Eider…—soltó una voz a mis espaldas asustándome, por lo que me volteé encontrándomelo, casi parecía irreal…
—No te preocupes, no tienes que explicarme nada…—le dije intentando no llorar, porque sería muy hipócrita de mi parte hacerlo…
—Escúchame…—me dijo de repente dando un paso hacia mí, y parecía demasiado serio por lo que no protesté—. He estado esperando porque dejaras a Nik demasiado tiempo como para reaccionar antes tu confesión…
— ¿Entonces no me odias? —pregunté interrumpiéndolo y él suspirar, no sé si para bien o para mal.
—Sería incapaz de hacerlo, ni aunque me digas que dejaste de amarme…—soltó él acercándose otro paso—. Ni siquiera por tu trato…
—He sido una perra últimamente contigo, lo sé…—solté interrumpiéndolo de nuevo—… y no espero que me perdones por ello realmente…—terminé de decir sin ser capaz de mirarlo a los ojos.
—Te perdono Eider…—soltó de repente haciendo que levante la mirada y encontrármelo al frente de mí—. Aunque tu rechazo me roto de inimaginables formas, no tenerte sería peor que todo eso…—dijo acariciando mi mejilla con delicadeza—. Pero no por eso todo está arreglado…— dejó caer su mano con frialdad.
— ¿Es por el bebé? —pregunté temerosa pero él negó antes de sonreírme, y poner su mano en mi vientre.
—No, la verdad me alegro por este bebé…—me dijo sonriendo—. Hará feliz a mi hermano, y si no puedo darte un hijo, tener uno de él no es tan malo, además este pequeño te atará a nosotros para siempre—soltó burlonamente por lo que negué sonriendo.
— ¿Entonces cual es el problema? —pregunté con curiosidad haciendo que se pusiera serio de nuevo.
—Tu juego debe acabar…—soltó fríamente—. Nos has tenido a ambos por mucho tiempo, es hora que tomes una decisión final…—dijo y la verdad no me tomó desprevenida—. Sé que debe ser difícil para ti, eres joven, no te has enamorado antes, y menos de dos personas…—comenzó a discursar antes de que le interrumpiera.
—Te elijó a ti…—solté en medio de su discurso, por lo que me miró sorprendido—. Realmente amo a tu hermano, me ha salvado demasiadas veces, ha cambiado por mí, pero cuando pienso en pasar el resto de mi vida con él, lo primero que me pasa por mi cabeza eres tú… cuando Nik me propuso casarme con él, lo que pasó por mi cabeza fuiste tú, cuando supe que estaba embarazada solo pensé en como reaccionarias. En que no podía hacerte daño, en que me duele más hacerte daño que hacérselo a Nik. Lo amo, pero te amo mas a ti… —terminé de decir con las estúpidas lágrimas brotando de mis ojos, y él sonreírme. ¡Wait!, ¿Por qué no besa en vez de sonreírme?, algo va mal aquí…
—No es suficiente…—soltó él extrañamente.
— ¿Por qué? —pregunté sin entender nada y él de repente romper la poca distancia que había entre nosotros y besar mi frente.
—Porque primero hablarás con Niklaus, y luego hablaremos de nosotros…—soltó sonriéndome antes de desaparecer…
Como si fuera tan fácil, cuando se lo mencione me enterrará hasta que nazca su hijo, y luego me matará era de seguro. Solo a mí se me ocurre enamorarme de un híbrido que desconfía de todos, y ahora con toda su razón…
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No hay nada más molesto que despertar por el chillido de un bebé, si porque no era llanto, ya era un chillido insoportable, el cual inevitablemente hizo que me despertará. Sin muchos ánimos, ya con la genial noche que tuve, que se note el sarcasmo, me levanté de la cama, en busca de la pequeña de la cual ahora soy niñera…
