II: Tan cerca...

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—Tengo que preguntarlo, enano. Así que de una vez, responde —Quejó Jason, sentado al lado de su hermano menor, el cual ya estaba hastiado de escucharlo hablar, así que prefería mirar por la ventana del auto hacia fuera, dando un largo suspiro —. ¡Tim! —Vociferó asustando al nombrado.

—¡¿Qué?! —Gritó el menor, girando a verle muy molesto.

—¡Responde maldita sea! ¿Qué hacía ese Alfa contigo en medio de tu celo! —Quejó.

—¡Qué te importa, no soy de tu propiedad o algo! —Quejó de igual manera.

—¡Eres mi hermano menor!

—¡¿Ahora sí soy tu hermano, maldito hijo de--?!

—¡Amo Timothy! —Alfred alzó la voz desde el asiento del piloto, y fulminó a ambos chicos con la mirada, así estos callaron y se cruzaron de brazos.

—No griten por favor —La voz de Bart llamó la mirada de sus hermanos, observando que el más pequeño tenía una expresión melancólica.

—Lo siento, pulga —Jason alborotó los cabellos del castaño.

—Evitaremos peleas —Suspiró Tim.

—Ya llegamos —Exclamó Pennyworth mientras estacionaba el auto —Ya pueden salir —Indicó.

El trío de hermanos salió del auto, se despidieron del mayordomo, y empezaron a caminar hacia la puerta de entrada.

—No vayas a perder de vista a Bart —Comunicó Jason arreglando su mochila en el hombro.

—¿Qué? —Preguntó Tim, así llamó la mirada asustada del mayor.

—¡No puede ser! ¿Dónde está? —El adolescente de mechón miró por todos lados, pero no hallaba al pequeño, así que empezó a desesperarse.

—Estaba a mi lado hace un segundo... —Comentó Timothy con asombro.

—¡Ayúdame a buscarlo, maldición! ¡Ese enano puede ser inteligente en materias, pero le falta sentido común! —Gritó Jason comenzando a buscar presuroso, así mismo lo hizo su hermano.

Por otro lado, no tan lejos y recién llegando, Clark estacionaba su auto para dejar a sus hijos como cualquier mañana antes de ir al trabajo. Despidió a cas uno mientras se bajaban y luego se marchó.

—Dame tu lonchera un momento —Pidió Dick, y el pequeño pelirrojo se la entregó —. Te daré mi sándwich de atún y tú me das el de jamón, ¿Te parece? —Sonrió recibiendo el asentimiento animoso del menor —. Genial, mamá no entiende que no me gusta el atún —Suspiró.

Sin embargo, el pequeño pelirrojo de ojos caramelo pudo notar a la distancia como un pequeño castaño corría hacia a la pista siguiendo divertido a un pequeño gato. Observó la calle, y notó como los autos iban y venían, lo peor era que ese castaño le importaba en lo más mínimo esquivarlos.

Wally entró en desespero, su pequeño corazón se aceleró sin razón aparente, y muy preocupado corrió hasta alcanzar al otro niño.

Fue solo en cuestión de segundos, un auto no logró ver al castaño y siguió avanzando por donde el niño corría. A duras penas, Wally logró tomarlo de la oreja de la mochila, lanzarse para atrás, y evitar que fuera arrastrado cuando el vehículo pasó muy cerca de ellos.

Sus corazones estaban a mil, se miraron entre sí muy asustados, pero Bart empezó a lagrimear, y por consecuente a lanzar un llanto muy alto.

—¡Wally! —Dick corrió y tomó a su hermano en brazos, apretandolo contra su pecho, muy preocupado.

Lados EquivocadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora