Una mentira que se lee: "Amor"

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*Sonidos molestamente repetitivos del despertador*

- *suspiro* En verdad debo desactivar esa cosa un día de estos... Nunca suena cuando debe hacerlo - digo mientras lo escuchaba desde la ducha, por suerte se apagaba luego de unos cuantos segundos -. 

Finalmente cerré el agua de la ducha. Un vapor tenue que recorría el baño junto a una leve capa de gotas eran lo único que cubría mi cuerpo. Sin perder mucho tiempo tomé la toalla y me dispuse a secarme, poniendo énfasis como siempre en mi rebelde cabello. 

- Y pensar que aunque me lo deje corto sigue siendo "indomable" *suspiro* 

Al terminar me dirigí a mi cuarto en búsqueda de mi uniforme, por suerte se hallaba; como ya es costumbre, planchado y doblado sobre mi cama. Al ponérmelo fui directo al espejo para revisar que todo se encontrase en su lugar.

- El uniforme de Uranohoshi... *risita* Vaya bienvenida que recibí en ese lugar - me digo pensando en todas las chicas que me esperaban allí -. ¿Cómo podría cansarme de algo así? Ahora bien... ¿Qué hora es? - pregunto mirando mi reloj -.  *suspiro* Como imaginaba, aún quedan varios minutos para entrar... Bueno, supongo que aún tengo tiempo para otras cosas

Sin mucho más que hacer me dirigí al espejo y saqué el maquillaje que guardaba en la estantería junto al espejo. "Decoré" cada parte de mi rostro como si estuviese trabajando en un especie de "obra de arte", dando toques leves para procurar que no luciese exagerado. Finalmente tomé el labial y con delicadeza lo comencé a frotar por mis labios, dejándolos al final con un sutil tono rojo. 

- *suspiro* ¿Me veo bonita así? - pregunto al viento mientras me miraba en el espejo con la misma expresión complicada de siempre -. 

*- *risa* ¿¡Tu!? ¿¡Verte bonita!? jajaja~ Preferiría pasar el resto de mi vida sola antes de estar con alguien como tu...*

- ¿¡Eh!? *sollozo* - de repente las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, manchando mi rostro de colores negros y grises -. ¡No! *sollozo* - me digo conteniendo mi llanto para luego limpiar mi rostro con el agua del grifo -. Si- siempre... siempre llega el mismo recuerdo cuando lo hago... *sollozo* 

Sin más dejé las cosas desordenadas - como siempre lo hacía -, tomé mi maleta y salí hacia el instituto, tratando de olvidar aquel fragmento de mi pasado que aparentemente era incapaz de olvidar.

- Solo deja de pensar en eso... Ya nadie te volverá a hablar así, nunca más You... - me repetía como si se tratase de una especie de frase motivacional, aunque de cierta manera lo era -. 

- ¡Hola You~! - me dice una chica de mi salón corriendo hacia mi -.

- Oh hola... *risita* Es un gusto verte jeje~ *¿Cómo puedo fingir tan bien una sonrisa?*

- Di- disculpa You... Quería saber si te gustaría venir a la fiesta que mi familia hará el día de mañana... Habrá comida, un baile e incluso y paseo por el barco de mi padre

- Es una idea increíble *risita* Pero disculpa querida ¿Cuál es tu nombre? - una pregunta tan vacía como lo era mi corazón -. 

No es que quería saberlo, de hecho me daba bastante igual. Lo único que quería era confirmar una cosa antes de aceptar cualquier compromiso.

- ¿Eh? So- soy Kaoru... Siento mucho no haberme presentado cuando llegaste pero... m- me daba algo de miedo saludar a una chica tan linda como tu *rubor*

- *risita* No te preocupes, tu también eres muy bonita de hecho *Así que Kaoru ¿Eh?*

En ese momento comencé al recordar con detalle los nombres de todas las chicas con las que ya he salido desde mi llegada a Numazu. No quería repetir una cita con una misma chica muchas veces ¿Por qué hacerlo cuando puedo pasármela bien con otras que aún no he conocido? Al fin y al cabo el amor era solo un juego para mi.

Manual de la perfecta 𝑪𝒂𝒔𝒂𝒏𝒐𝒗𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora