El muchacho esta recortado en la cama, mirando sin realmente ver una revista que Francis le dio.
Las chicas de la esas hojas prohibidas son muy lindas pero él no es capaz de concentrarse en lo absoluto y solo pasa las paginas mientras su mente divaga, confundido.
El día de ayer se durmió pensando en la sonrisa de Morgana pero hoy solo es capaz de pensar cual es la razón de que su corazón se sienta tan diferente.
Sus sentimientos son un lio tremendo.
Toda esa sensación de viajar entre nubes se ha esfumado dejando solo pequeños sentimientos amistosos... o tal vez es más que eso.
El chico está meditando la respuesta cuando alguien toca su puerta.
―Cariño, tu novia ha venido a verte.
"¿Qué hace ella aquí?" piensa inicialmente, luego ve lo que tiene en las manos y el desorden de su habitación y entra en pánico. "¡Mierda!".
Es la primera vez que Morgana viene a verlo hasta su casa. Lo último que quiere es que ella se vaya con una mala impresión.
― ¡Espera! Enseguida abro– grita el chico antes de levantarse de la cama como un rayo.
¡ocultando! ¡Escondiendo!
La ropa sucia que aún no ponía en el cesto fue acomodada, sus juegos de mesa para cerebritos fueron puestos debajo de la cama por vergüenza, la revista para adultos que le regalo Francis es puesta debajo del colchón y un calcetín con crema para manos se tira debajo de la cama junto con los juegos.
Escanea con la mirada y finalmente abre la puerta con la respiración agitada.
―¡Adelante! –la invita. Luego la mira de abajo hacia arriba y no puede evitar mostrar su sorpresa.
Él apenas está cerrando la habitación bajo la mirada curiosa de su madre cuando Morgana comenta algo que hace su corazón latir con más fuerza.
― ¿Y todo esto? –dice ella, señalando unos pañuelos sobre el buró. ― ¿Te enfermaste? ¿Por qué no me dijiste? ¿Te sigues sintiendo mal?
Él suprime un grito y corre por el bote de basura que hay dentro de la habitación para tirar ese montón de pañuelos.
―Fue una gripe rápida. Apenas y duró – dice avergonzado al mismo tiempo que tira toda esa pila de papel en la basura.
―¿Crema de manos? –pregunta la chica tomando el recipiente. ―Tus manos son tan ásperas, pensé que no cuidabas tu piel ¿entonces sufres de resequedad o algo así?
―¡Ahh! –otro grito es suprimido mientras aleja el bote de ella diciendo: — Sí, lo uso mucho. Es que se me resecan mucho las manos.
―Mmm...Esa crema no es tan buena. Mañana te traigo la que yo uso, pero personalmente prefiero que tengas las manos ásperas. Me gusta –después de decir lo último sonríe y el chico se sonroja.
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St. Town: Los Gardner [Original-Borrador]
Mystery / Thriller¿Qué tan difícil puede ser vivir en un pueblo de pacíficos habitantes? No mucho, en realidad. Siempre y cuando a "Ella" no la hagas enojar y evites convertirte en el aperitivo de "Él". Dos grandes familias, Los Blackwood y Los Gardner, comienzan un...