En la calle ocho hay una casa grande y colorida de aspecto pudiente, con un jardín que ostenta el condecorado de ser el más bonito y cuidado. Pero aun con todo esto no se puede ni comparar con la recién remodelada casa Gardener.
Aquí habita nada más y nada menos que la Alcaldesa de Saint Town y madre de Francis, Diana Brown. Una mujer de alrededor de treinta años, alta y esbelta, de apariencia latina y un par de ojos color miel.
Era la hora de la cena.
La Alcaldesa Brown está comiendo en el lujoso comedor que su presupuesto se puede costear. Ella toma el asiento principal mientras que su esposo, el Sr. Brown y su hijo, Francis permanecen sentados a sus costados.
La cena es silenciosa, la Sra. Brown es muy especial con los sonidos y los modales, pero también se muestra muy negligente cuando se trata del comportamiento de Francis. No importa que hiciera su hijo siempre buscará la manera de hacerlo ver como la víctima. Quizá por eso es que Francis es un matón en la escuela y constantemente choca con Morgana, quien comparte el mismo modelo de padre y a su vez es sobreprotegida por sus hermanos.
— Mamá, ¿puedo tener más puré de papa? — preguntó Francis mientras aún masticaba el gran pedazo de pan que se había metido a la boca.
— Claro, amorcito — le dijo ella al mismo tiempo que le servía otra gran porción de puré en un plato claramente lleno de comida.
El Sr. Brown no se veía muy feliz con las acciones de su esposa pero decidió callar. Después de todo era ella quien gobernaba esta casa.
La Sra. Brown estaba a punto de servir otra porción de pollo sobre el plato de Francis cuando el timbre de la casa fue tocado.
La Alcaldesa se levanta de la mesa y se dirige a abrir la puerta principal mientras este niño hambriento seguía comiendo sin parar, con un padre que no sabe exactamente qué hacer para detenerlo.
Tan pronto como la puerta fue abierta, la sonrisa en el rostro de la Alcaldesa desapareció para ser sustituida por una más forzada.
— Buenas noches, Alcaldesa Brown. Lamentamos la hora, pero pensamos que era muy necesario venir a presentarnos formalmente ahora que seremos vecinos de pueblo. ¿No lo cree usted? —habló la Sra. Gardener con una amplia sonrisa mientras en sus manos sostenía un pay de manzana. Con Wolfgang en el centro frontal y el Sr. Gardener a un lado de ella.
— Sí — dijo la Alcaldesa apenas con un susurro. Se nota que las palabras no pueden salir correctamente.
Wolfgang mantiene una expresión neutral pero lo rodea un aura hostil.
Hubo un silencio incómodo durante todo un minuto hasta que Wolfgang lo rompió.
— ¿Sera que podemos pasar o quieres hablar de tus errores aquí afuera? — fue lo único que dijo él con una voz siniestra y una sonrisa complicada en su rostro.
La Alcaldesa no estaba segura de su error pero tampoco quería hacerlo enojar más, así que lo hizo pasar y cerró la puerta. Después volvió al comedor.
— Mis amores, me tengo que retirar. Tengo trabajo que hacer, pero coman ustedes. No me esperen para dormir — dijo y se fue.
Francis se había girado para ver a su madre cuando por mera casualidad termina viendo a lo que parecía el perfil de Wolfgang dirigirse al despacho de su madre.
Naturalmente él no hizo preguntas aunque lo quería, pues su madre podía ser negligente pero no alguien fácil de persuadir cuando se trata de cosas personales.
De todas formas podría hablar con Wolfgang mañana en la escuela.
Por otro lado, Wolfgang ya ha tomado el sofá principal del despacho. Verlo ahí sentado causa la misma sensación que un emperador listo para cortar cabezas, y a un lado la Sra. Gardener y al otro el Sr. Gardener.
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St. Town: Los Gardner [Original-Borrador]
Misterio / Suspenso¿Qué tan difícil puede ser vivir en un pueblo de pacíficos habitantes? No mucho, en realidad. Siempre y cuando a "Ella" no la hagas enojar y evites convertirte en el aperitivo de "Él". Dos grandes familias, Los Blackwood y Los Gardner, comienzan un...