🍒 Cereza Uno 🍒

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El anochecer aplastó a la luz del día, empezando a haber una fría brisa en los alrededores. Los turistas empezaban a recoger sus cosas, guardándolas y yéndose de la playa, seguramente dirigiéndose a sus hoteles o a cenar a alguna parte. Era principio de año, todo el mundo salía de vacaciones por las playas.

Las personas parecían disfrutar sus días cada minuto, reían, bailaban, bebían cerveza y jugaban a la pelota, como si no existiría nada más, como si se estuviesen olvidando hasta de sus propias identidades.

A Jungkook le gusta mirar a todos, le gusta ver que todos están felices y disfrutando sus vidas cada minuto que pasa, mientras trabaja la mitad del día. Anteriormente no quería trabajar, hasta que comprendió que ser un salvavidas era algo para él.

Simplemente para él.

Le encantaba su trabajo. Cuidar a las personas de su playa, hacerlos sentir seguros y cómodos, vigilando que nadie ni nada pudiese hacerles daño. Llevaba tan sólo diez meses trabajando como tal, y en esos meses ha aprendido cosas que nunca pensaba aprender; primeros auxilios, nadar de distintas formas, inclusive el aguantar la respiración por cuatro minutos bajo el agua, eso sin mencionar muchas otras cosas.

Su horario estaba terminando, entonces decidió ir a dar una última vuelta por la playa, para asegurarse que todo andase bien. Seguían habiendo personas, pero mucho menos a lo que es cuando el sol está muy encima. La arena húmeda y fina se pegaba por sus pies a cada paso que hacía. Levantó una lata de cerveza vacía que estaba tirada, molestándose porque la gente a veces no quiere seguir simples reglas como es el arrojar la basura en el basurero.

A unos cuantos metros al encontrarse con el basurero, lo depositó allí.

La mente de Jungkook ya rondaba por qué debería cenar, era una gran pregunta que se lo repite todas las noches a la misma hora, en el mismo momento.

Un poco de kimchi no está mal. Pensó.

A Jungkook le gustaba comer saludable y estar en forma, pero últimamente ya no le importa tanto su aspecto. Quiere comer todas las comidas que desea sin luego tener pensamientos de culpabilidad.

Cuando cumplió veinte años, participó en un concurso de fitness, para eso se preparó como nunca antes, comiendo al extremo de saludable y haciendo ejercicios  casi ocho horas al día, se despidió de sus salidas con amigos, la comida con más calorías innecesarias, hasta llegar al punto de no querer salir de su habitación cuando en ese entonces, sus familiares comían comidas chatarras para la cena u otras comidas fuera de su dieta. Llegó al cansancio mental y claro, físicamente también, pero quería ganar ese concurso del mejor cuerpo fitness, creía que iba a ser todo para él, pero cuando llegó al concurso y salió en primer lugar, se puso feliz, pero sintió que no era lo que esperaba.

Se sintió más feliz al pensar que volvería a comer como quisiera y no tendría que estar durmiendo a las siete de la noche para no tener antojos.

No fue algo que disfrutó, más bien, llegó a pensar que se auto castigó por lo mucho que trabajó a su cuerpo.

Todo en la playa parecía estar bien, no había gente borracha cayéndose en la arena sin poder levantarse, como muchas otras noches, no había gente alejándose de los separadores en el océano, no habían vidrios rotos, tampoco los famosos "Ratas de Playas". Entonces, Jungkook se dio vuelta y empezó a caminar hacia su torre, lugar donde tenía sus cosas, dispuesto a terminar su turno e ir a su casa.

Pero justo en ese momento, escucha como un grupo de chicas estallaron en gritos agudos y desesperados. Miró por todas partes, hasta encontrar de dónde provenían esos gritos.

🍒 Sabor A Cereza 🍒『KOOKMIN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora