Capítulo 9. Qué ingeniosos son los Parker.

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Capítulo 9. Qué ingeniosos son los Parker.


Alexis odiaba tener que esperar a Gabe cuando era el cambio de periodo, sabía que él se tomaba su tiempo para recoger sus cosas, despedirse de sus amigos y salir del salón, y la poca paciencia que Alexis tenía, definitivamente no era para gastarse en la lentitud de su mejor amigo.

Cuando vio al chico salir del salón con Kiara a su lado, se reprendió mentalmente por haber olvidado preguntarle qué ocurría con ambos y por qué de pronto parecían ir juntos a todos lados. Pero ahora no era buen momento para hacerlo, tenía otras cosas más importantes que contarle.

Cuando Gabe se despidió de Kiara y alcanzó a Alexis, colocó un brazo a su alrededor como siempre lo hacía cuando caminaban juntos.

—Te tengo la noticia más cojonuda de la semana —dijo Alexis.

—Estás embarazada?

Alexis le dio un codazo en las costillas haciéndolo doblarse levemente de dolor, mientras del bolsillo de su chaqueta sacaba un flyer color amarillo y se lo pegaba al pecho.

—No me jodas! —dijo Gabe cuando lo leyó— tenemos que ir —decía leyendo aún.

—Síp

—Esto va a estar llenísimo, Alexis, ¿y si no conseguimos boletos? Además es cupo limitado, es en Riverside.

Alexis colocó una mano en la boca de su mejor amigo para callarlo y sacó del mismo bolsillo varios boletos.

Gabriel abrió la boca empezando a gritar por todo el pasillo. Tomó a Alexis y la subió en su espalda comenzando a correr hacia la cafetería.

—Gabe no seas cabrón, ¡bájame! — gritaba la pelinegra.

Ambos cruzaron medio instituto en aquella posición ganándose las miradas de casi todos los que pasaban de largo, llegaron a la cafetería donde estaban sentados los demás y Gabriel seguía gritando mientras la colocaba ágilmente arriba de la mesa llamando la atención de sus amigos.

—Esta hija de puta consiguió boletos para la tocada privada de Wallows en Riverside.

Los chicos comenzaron a gritar y a pegarle a la mesa emocionados, el timbre del almuerzo sonó y todos se calmaron poco a poco regresando a sus asientos sin dejar de hablar sobre el asunto.

La compañía constructora de su padre le había hecho un favor al tipo que organizaba los eventos privados que se llevaban a cabo en Riverside, normalmente eran conciertos pequeños y VIP de bandas alternativas. Edward, para agradecerle el favor a Aaron, le había regalado cinco entradas para el concierto y había conseguido que Dani les abriera el evento.

El día había transcurrido con mucho ánimo por parte de Alexis y sus amigos. Quedaban tan solo cinco minutos para que el timbre que marcaba el final del último periodo sonara, y Alexis estaba un poco ansiosa por salir del salón.

Cuando el timbre sonó Alexis tomó sus cosas saliendo rápidamente. Caminó hacia donde sabía que la iba a encontrar. Sonrió cuando la vio guardando sus libros en su casillero bastante distraída, y se acercó a ella sigilosamente, aunque no había mucha diferencia si hacía ruido, los pasillos estaban repletos de estudiantes.

—Lindas estampitas —murmuró cerca de su oído haciéndola saltar del susto.

—Calla, las tengo desde primer año —se defendió con una sonrisa— ¿por qué tan revoltosa en la mañana? —preguntó risueña refiriéndose al escándalo que sus amigos habían hecho.

IN BETWEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora