Parte sin título 36

4 0 0
                                    

36 - El pasado, la realidad.

En cuanto Dylan divisó la casa, sintió algo comprimirse en su pecho, recordaba tantos buenos momentos cuando llegaba con su hermana o la esperaba afuera por las tardes, aquellas veces en que salían juntos en las mañanas para irse cada quien a hacer lo suyo. Jamás se iba a imaginar que la perdería de un momento a otro.

Aquella casa lucía abandonada, lo que era de esperarse, pero aun así entró brincándose por el patio trasero, aquella puerta tenía un truco que le permitía abrirse fácilmente si se le conocía.

Descubrió que por lo menos todo estaba intacto, en ese tiempo cualquiera pudo entrar a robar, pero tal parecía que no fue así. Suspiró cerrando la puerta al encontrarse dentro ya y observó con atención mientras iba a la entrada principal.

En el suelo había montón de correo que habían metido por la rendija de la puerta, tomó los sobres comenzando a leer algunos, eran recibos de los servicios a nombre de Katherine, otros eran de la beca que había perdido, diciéndole que tenía que justificar sus inasistencias ante la secretaría de educación para conservarla, después ya solo le avisaban que no recibirá más apoyo por su parte y dejaron de insistir más.

Tiró todas a un lado y fue a la sala, donde había dos sillones viejos, un televisor de caja grande sobre un mueble, la mesita de centro muy sencilla, todo tan sucio y lleno de polvo, por supuesto que era de esperarse tras tantos años de que nadie hiciera limpieza. Caminó hacia la habitación de su hermana.

No pudo evitar que algunas rebeldes lágrimas se escaparan de sus ojos, todo le traía recuerdos imposibles de borrar. Pero trató de ser fuerte pensando que seguramente a Kath no le hubiese gustado verlo triste.

Comenzó a revisar todo, recogió algunas cosas de su hermana y las colocó en su mochila, entonces encontró una fotografía vieja en un cajón, debajo de algunas prendas. La imagen mostraba a una niña, Katherine de pequeña, con apenas unos siete u ocho años ya era fácil de reconocerle; junto a ella había una mujer alta y hermosa que sonreía mostrando su crecido vientre de varios meses, esperaba a un bebé y lucía realmente feliz.

La mujer tenía unos ojos hermosos y expresivos, azules como los de Dylan, y le resultaba inquietantemente familiar.

Giró la foto descubriendo una nota detrás, que citaba el año en que fue tomada, curiosamente el año en que Dylan había nacido, aquello solo tenía una explicación. Lo confirmó al leer Katherine Clinton E. Grasiell Clinton E. y el futuro miembro de la familia Grasiell, esa mujer era su madre, recordaba su nombre, Kath se lo había dicho años atrás.

Dylan no podía creerlo, aquella mujer no lucía como una desalmada que abandonaría a su familia. Y a todo eso, ¿quién había tomado la fotografía?

No entendía nada, comenzó a buscar algo más que le explicara todo, pero en ese cajón no había pista alguna. Miró de nuevo la imagen analizando con atención, Grasiell Clinton E. era una mujer demasiado joven, a decir verdad, parecía ser una muchacha solamente, de poca edad. ¿Qué era todo eso?

Trató de recordar, sabía que esa mujer los había abandonado cuando él apenas iba a cumplir cinco años, pero parecía no tener ni un mínimo recuerdo de ella.

Puso la habitación de cabeza buscando documentos o algo para entender, no iba a dejar las cosas así, tenía que saber que pasó en aquel entonces.

Y cuando estaba convenciéndose de no poder descubrir más, tuvo la idea de mirar debajo de la cama. Encontró una puerta en el piso y tuvo que empujar el lecho de Kath para poder abrir. Dentro había una caja de madera llena de polvo y tierra, solo eso, pues era poco el espacio.

dyonisusWhere stories live. Discover now