Capítulo 1

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 todos los objetos que han adorado alguna vez sin fundamento no son más que fantasmas y delirios de un alma triste y temerosa;

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... todos los objetos que han adorado alguna vez sin fundamento no son más que fantasmas y delirios de un alma triste y temerosa;

Baruch Spinoza

10 de septiembre

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10 de septiembre.

Pequeño Owen:

Todavía sigo batallando un poco con ingerir una pastilla cada mañana. Sabes que no me gustan. Pero son sólo eso, pastillas, no puedo evitarlas. Hasta puedo pensar que no son buenas para mí. Lo he estado relacionando mucho con el tema de la vida, la cual es menos fácil desde que no estás. Mamá me ha dicho que iremos a verte el día de nuestro cumpleaños y la tía Laura tomará su tiempo de descanso e irá con nosotros. A decir verdad, no quiero mucho su compañía. Ya sabes que no me gusta la tía Laura: es muy... desagradable. Malhumorada.

Sus delirios de salvadora me irritan. En verdad lo hacen, Owen.

Si solo se preguntara alguna vez: « ¿yo ya me he salvado de ir al infierno?». Sí es cierto que ser religiosa te salva la vida y te ganas un lugar en el cielo, ¿por qué su Dios no se la ha llevado? ¿No sería más fácil?

El otro día habló con mamá por teléfono. Pasó horas reclamándole sobre lo malo que está el mundo y sus personas. Constantemente sacaba a relucir su tema más odiado; y creo que su favorito: «Los homosexuales pecadores». Dijo lo mismo de siempre, esa frase que a mamá le hace poner la boca de lado y bajar la mirada avergonzada al oírla, para luego voltear a verme más apenada que nunca:

«Esas personas están tachadas por el pecado, son unos traidores a la palabra del señor. Dios no desea que sus hijos sean unos pecadores y desviados».

Su voz a través del auricular se oía de lo más complacida al exhalar las palabras, que podría jurar que estaba a punto del éxtasis. A mamá nunca le gustó que tía Laura me dijera esas cosas cuando era más joven, pues para ella, ser feliz y amar es lo más importante. Pese a que tu forma de amar sea diferente a la que los demás están acostumbrados.

Aunque aborrezca un poco a la tía Laura, sé que ella también pasa por cosas difíciles; y tal vez, solo tal vez, el destino y las circunstancias hagan que actué de esa manera. Entiendo que al igual que nuestra madre, perdió a su único hijo, y aun cuando solo estuvo con ella nueve meses en su vientre, podría comprender que perderlo es doloroso.

Besos sabor a FluoxetinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora