Capítulo 20

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En este momento: Mis pensamientos

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01 de abril

Es sábado por la tarde y estoy tan aburrido. Mamá no me ha dejado salir ni a la esquina, de hecho mi rutina se ha vuelto la escuela y a la casa —no es que siempre tenga una rutina tan ocupada, pero estar con Kale todo el tiempo se ha vuelto parte de ella—. No he podido ver a Stephen ni a Lía, habíamos planeado salir hoy, pero mamá insiste en que estoy castigado por algunos días más. Los mensajes y los videos llamadas con ellos es la única forma con la que puede hablar con el exterior. Kale y yo también nos hemos comunicado de esa forma y ya comienza a molestarme no poder pasar la tarde con él, que por otro lado es bueno, pues no ha dejado de faltar a los entrenamientos por mí; quiero verlo, abrazarlo, quiero sentir sus labios juntos a los míos, no veo la hora en que este estúpido castigo termine.

Hablando de labios, Owen; la verdad es que estoy confundido por lo que siento por Kale, y es que sigo sintiendo lo mismo desde que nos volvimos amigos, y aunque quiero intentar ser un adolescente normal simplemente no lo logro del todo. Me gusta besarlo, que me abrace y todo ese tipo de cosas, pero por otra parte sigo sintiendo que estoy cometiendo un error.

Errores de Greg.

Papá llamó, Owen, esta vez no fue tan estúpido y mal padre como siempre. Su voz aguardentosa seguía ahí, pero por fin pude oír a nuestro padre. Esa actitud, la que recordaba, había regresado a su cuerpo, y lo sé porque se sentía diferente, más alegre; como si todo estuviera bien en su vida, eso también me alegró a mí, —al menos eso creo que sucedió, no estoy seguro—. No esperaba a que me dijera mucho y, todo cambió mi expectativa, sus palabras me agradaron. Fue bueno platicar con él, Owen; me felicitó por seguir vivo. No ocupó esas palabras, pero eso me dio a entender. Preguntó por la escuela, por mis consultas e incluso por mamá, que fue lo más extraño, pero no le tomé demasiado importancia. Dijo que pronto nos veremos y, no sé qué tan cerca sea ese pronto, sin embargo quiero que suceda.

Esta vez le creí que si será verdad.

Mamá no nos interrumpió cuando hablamos; no estaba en casa gracias a Dios. Estuvo con Max en una especie exhibición de arte psicológica que no entendí. No volvió hasta varios horas después, así que no le dije que papá había llamado y, tuve la gran idea de borrar el historial de llamadas. No siempre tengo que decirle todo, aun no olvido que ella no lo hizo conmigo.

Ayer mamá y yo fuimos a mi consulta con el Doctor Torres, ¿Y qué te puedo contar? Fue completamente normal. Me dio el diagnostico de siempre: estoy estable y, que eso es muy bueno. Que si no sigo haciendo torbellinos en mi cabeza como siempre, todo mejorará cada vez más. Pero no conforme con solo darme el diagnóstico y sus palabras de aliento que no creo, me preguntó cómo me sentía, y yo solo dije lo que es verdad. Que estoy bien; un poco más aliviado y menos preocupado, me he comportado menos torpe y que estoy relativamente mejor.

Besos sabor a FluoxetinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora